La propuesta que Ciudadanos planteará al pleno del Parlamento para la reforma de la Ley Electoral de Andalucía contempla la incompatibilidad de los cargos de senador y parlamentario andaluz, la redistribución del número de escaños por circunscripciones, manteniendo el número total en los 109 actuales, y el cambio de la fórmula electoral, como principales medidas.
La reforma de la Ley Electoral es uno de los compromisos firmados en el pacto de investidura entre el PSOE y la formación que lidera en Andalucía Juan Marín. Y Ciudadanos está dispuesto a lanzar el órdago.
Ciudadanos propone cambiar la fórmula electoral actual, basada en la denominada Ley D’Hondt, por otra fórmula de distribución proporcional como la llamada de Sainte-Laguë, utilizada en sistemas electorales de países como Alemania, Nueva Zelanda, Noruega, Suecia o Dinamarca, entre otros.
Esta fórmula permite una mayor proporcionalidad en el reparto de los escaños a partir de los votos obtenidos por cada formación. Pero para lograr el objetivo de mayor proporcionalidad, la propuesta de Ciudadanos contempla también una redistribución de los escaños asignados a cada circunscripción, más acorde con la población real.
La fórmula de Sainte-Laguë mantiene la filosofía de la Ley D’Hondt, aunque utiliza como divisores sólo números impares. Es decir, si en la Ley D’Hondt se dividen los votos obtenidos por cada formación entre el número de escaños a repartir (1, 2, 3...), y éstos se asignan a los cocientes mayores, en el caso de la Sainte-Laguë, la división se realiza sólo con números impares: 1, 3, 5...
El reparto por circunscripciones
Y para el reparto de escaños, Cs propone que cada provincia parta de seis diputados (en lugar de los 8 actuales) y que el resto, 61 (y no 45), se repartan entre las circunscripciones, de forma proporcional a la población que tenga cada una de ellas.
El decreto de convocatoria de las elecciones deberá especificar el número de escaños a repartir en cada circunscripción, ya que éste podría variar de unos comicios a otros, si la población lo hiciera.
Por otra parte, Cs propone ampliar las incompatibilidades que se incorporaron en la reforma de 2011 entre el cargo de parlamentario y alcalde, presidente de Diputación o diputado en el Congreso, también al de senador.
Por otro lado, una de las propuesta más importantes, que implicaría un ahorro considerable (Cs lo cifra en más de 4 millones de euros) y redundaría en la igualdad de oportunidades, es la del envío de la propaganda de todos los partidos en un único sobre al domicilio de los electores.
Los grandes, los perjudicados
El portavoz del grupo parlamentario de Ciudadanos, Juan Marín, sabe que el PSOE no va a poner fácil la reforma de la Ley Electoral. Le beneficia como está. Pero ésta formaba parte del acuerdo de investidura por el que Ciudadanos permitió a la socialista Susana Díaz formar gobierno. Y Marín no pierde ocasión para recordárselo.
Hace varias semanas anunció que si el Gobierno no daba el paso, lo daría Ciudadanos. Y, de hecho, ya tiene su propuesta. Queda un año de legislatura, si finalmente no se adelantan las elecciones, como repite insistentemente la presidenta. Y Cs no quiere dejar que pase sin que el asunto, al menos, se debata en el Parlamento.
Juan Marín cree que la Ley Electoral tal cual está en estos momento favorece el bipartidismo y que por ello ni el PSOE ni el PP van a dar facilidades. “Pero la reforma de la Ley Electoral está en el pacto de investi. Si el PSOE se opone, tendrá que explicar por qué”, dijo Marín hace unos días en Ondaluz TV.
Una simulación
Sin llevar a cabo la redistribución del número de escaños por circunscripciones que plantea Ciudadanos, con los resultados de 2015 y de haberse aplicado la fórmula electoral de Sainte-Laguë, el PSOE habría obtenido cuatro diputados menos y el PP dos menos de los que sacaron.
Por el contrario, los tres grupos minoritarios habrían mejorado sus resultados. En una simulación a partir de los datos de 2015, IU, que obtuvo cinco escaños, habría logrado 8, uno por provincia. Ciudadanos, en lugar de los 9 que tiene, habría conseguido 11. Y Podemos 16, uno más de los que tiene. Con esta hipotética correlación de fuerzas, Cs no habría hecho presidenta a Susana Díaz.
Para sacar adelante la reforma de la Ley Electoral no hacen falta mayorías cualificadas, sino que bastaría con la mayoría simple. Y ésa la tienen los firmantes del pacto.