El mes de febrero está resultando trágico en las calles y vías de circulación de Sevilla, donde se han producido varios accidentes de tráfico con víctimas mortales o que han sufrido amputaciones como consecuencia, en la mayoría de los casos, de la imprudencia de los conductores, que generalmente han sobrepasado la tasa máxima de alcohol permitida.
En al menos un par de siniestros, los conductores, en una demostración de inhumanidad, se dieron a la fuga sin socorrer a los heridos en el asfalto y fueron detenidos poco tiempo después gracias a la colaboración ciudadana y a la rápida actuación de la Policía Local.
Las estadísticas de la Dirección General de Tráfico revelan que, lamentablemente, la de Sevilla fue la provincia española donde más se incrementaron durante el año pasado las muertes por accidente (37 fallecidos en 31 siniestros mortales, frente a los 25 del año anterior, con un aumento del 48%), una muy preocupante tendencia que parece estar teniendo continuidad en estos primeros meses de 2017.
La combinación alcohol/fin de semana, el exceso de velocidad, las distracciones y las imprudencias están contribuyendo a este repunte, ante lo cual, independientemente de las medidas preventivas y coercitivas que pudieran adoptarse, hay que apelar a la responsabilidad individual de todos para que conducir en nuestras vías urbanas e interurbanas no se convierta en un riesgo mortal.
