España y Francia han puesto en marcha un protocolo para asumir conjuntamente la gestión del túnel bajo los Pirineos que une por AVE los dos países, toda vez que la empresa de ACS y Eiffage que construyó la infraestructura y la explotaba entró hace unas semanas en liquidación con una deuda de 557 millones de euros.
El protocolo se firmó el pasado mes de mayo, ante la previsión de que la concesionaria del túnel no superara el concurso de acreedores en que estaba inmersa desde hace un año.
Finalmente, el pacto hispano-francés ha entrado en vigor el 21 de septiembre, días después de que el 15 de septiembre el Juzgado de lo Mercantil de Girona dictara la liquidación de la concesionaria y una vez que los dos Estados "han cumplido con los procedimientos constitucionales que exige el pacto", según datos oficiales que recoge Europa Press.
Así, en virtud del protocolo, las empresas públicas gestoras de las infraestructuras ferroviarias de ambos países, Adif y SNCF Réseau, serán las que tendrán el encargo de gestionar el túnel de la primera conexión AVE entre España y Francia.
Se trata de un supuesto que los dos Estados ya recogieron en el acuerdo que firmaron en 1995 para promover juntos el contrato de concesión de la infraestructura.
"Si las partes contratantes tuvieran que sustituir al concesionario, los gestores de infraestructuras ferroviarias español y francés quedan encomendados por ellas para administrar la concesión en su nombre", indica el acuerdo. Las condiciones de la explotación del túnel serán "las mismas que están en vigor en el momento de la terminación del contrato del concesionario", añaden.
UNA DE LAS MAYORES OBRAS DE INGENIERÍA.
Este supuesto se activa ahora, en virtud del protocolo firmado por los dos países, para garantizar la continuidad del servicio de la conexión ante la quiebra de TP Ferro, empresa conjunta de ACS y Eiffage a la que España y Francia adjudicaron en 2003 la construcción y posterior explotación durante cincuenta años del contrato del AVE transfronterizo, una de las mayores obras de ingeniería civil.
La conexión, que supuso una inversión de 1.000 millones de euros, es un tramo de AVE de 44,4 kilómetros de longitud entre Figueres y Perpignan, de los que 8,3 kilómetros corresponden a un túnel de doble dirección bajo los Pirineos.
Para acometer la obra, ACS e Eiffage acudieron a la banca para lograr financiación de 400 millones. Los 600 millones restantes provinieron de financiación pública aportada por España, Francia y la UE.
El proyecto se diseñó para recuperar la inversión con el canon que TP Ferro cobraban a cada tren que cruza el túnel. No obstante, el retraso en conectarlo con la red AVE española, la falta de continuidad de la red de Alta Velocidad francesa y el escaso tráfico que registra constituyen la causa del desequilibrio económico y financiero de la compañía, que se vio abocada al concurso en 2015 y finalmente a la liquidación este pasado mes de septiembre.