Abengoa comienza la temporada ultimando la negociación de venta de activos más trabajada desde el inicio de su crisis hace ahora justo un año, cuando lanzó la fallida ampliación de capital de 650 millones que la llevó a preconcurso. El grupo ha acordado con la pequeña empresa Cuadros Eléctricos Nazarenos (CEN), ubicada en Dos Hermanas (Sevilla) la venta de su gran y moderno taller en el polígono de Torrecuéllar, en la zona sur del Puerto de Sevilla. Así lo han explicado distintas fuentes internas de Abengoa, que dan el acuerdo por cerrado a falta de formalizarse.
CEN es proveedor de Abengoa, tiene unos ingresos del entorno de los 10 millones de euros anuales (unas 25 veces menos que Inabensa, que facturó 390 millones en 2015) y en la operación de compra de Torrecuéllar va acompañada de un inversor que aporta capital. El grupo que dirige José Manuel Gómez no respondió a las llamadas de este medio para explicar esta operación en la que el pez pequeño se come al grande.
En los últimos meses de 2015 se conoció el interés del gigante alemán Siemens por Inabensa, con quien la compañía andaluza ha trabajado intensamente desde hace décadas. También representantes el fondo suizo de capital riesgo Springwater visitaron la empresa antes de final del pasado año.
Negocio original
Las fuentes consultadas no supieron precisar si el inversor que acompaña a CEN es este fondo o no. Felipe Benjumea, expresidente de Abengoa hasta febrero pasado, siempre ha tenido especial predilección por esta filial ya que fue el origen último del grupo Abengoa. Su padre, Javier Benjumea, fundó la empresa sobre la base de la ingeniería eléctrica -hoy agrupada en Inabensa- en 1941.
El grupo hispalense CEN, fundado en 1994, es una suerte de pequeña Inabensa, ya que trabaja también para los sectores industrial, ferroviario, aeronáutico, de telecomunicaciones, transportes y agua. Y realiza cuadros eléctricos en una planta de 6.000 metros cuadrados que inauguró en 2010. Emplea a unas 120 personas.
Inabensa, que era una de las casi 40 filiales de Abengoa que entró en preconcurso en noviembre de 2015 junto a la propia matriz, ha realizado un ajuste de personal mediante despidos (72 personas) y reducción de jornada (Erte) para otros 220 empleados durante ocho meses desde julio. Fue la primera compañía que acometió un recorte de plantilla en Abengoa, tras lo cual se han presentado más de diez Erte en otras tantas filiales ubicadas en la sede central de Palmas Altas (Sevilla) entre julio y agosto.
Ello supone que las medidas de ajuste de costes afectan a un tercio de la plantilla total en España, de mil personas. Inabensa cuenta también con un taller en Alcalá de Henares (Madrid) y un centro productivo en Tianjin (China), que no están incluidos en la operación con CEN.
La compra incluye fundamentalmente el taller de fabricación de equipos eléctricos, e Inabensa pagará un alquiler por los metros de oficinas que siga usando para albergar al resto del personal no adscrito al taller. Es decir, los ingenieros dedicados a la gestión de los proyectos de construcción de grandes líneas eléctricas y otro personal corporativo restante.
Pérdidas en 2015
Instalaciones Inabensa presentó sus cuentas de 2015 a final de agosto, y en ellas se recoge la entrada en pérdidas de la compañía por valor de 12,5 millones de euros, frente al beneficio neto de 104 millones de 2014. La empresa explica que estos números rojos se deben a la paralización de su negocio derivada de los problemas de liquidez sufridos en el último cuatrimestre del año pasado, en el que entró en preconcurso junto a la matriz Abengoa en noviembre.
Los ingresos aguantaron el tipo en medio de esta situación y se situaron en 390 millones, un 12% menos que el año precedente. Sólo el 20% procede de España, mientras Latinoamérica aporta dos tercios del total.
Además, la compañía ha tenido que anotarse un coste extraordinario de 29,2 millones en 2015 por la regularización en el pago de impuestos con la Agencia Tributaria fruto de las inspecciones realizadas sobre diversos tributos entre los años 2009 y 2014. Empresa y Hacienda han firmado actas de conformidad y la empresa no ha sido sancionada por ello. Además, esa cantidad regularizada ha sido compensada con créditos fiscales pendientes y no ha afectado a la caja del grupo.
Además, Inabensa tiene dinero prestado a Abengoa por 670 millones a cierre de 2015, frente a los 580 millones de finales de 2014.
