Siglo XXI y con las leyes de su lado. Marco Vera Benítez tiene 41 años y es invidente de nacimiento. Desde hace un año y medio Ulises, su perro guía, es "sus ojos". "Es un perro guía estupendo, me esquiva obstáculos, me cruza semáforos y aceras, me lleva a todos sitios. Siempre que salgo a la calle voy con él, salvo que vaya con mi pareja o mi hijo, que entonces ni siquiera utilizo el bastón. El perro me da autonomía y se conoce toda La Línea porque lo han entrenado aquí".
Por eso ni él ni nadie de su círculo comprende lo que le sucedió el domingo. "Era por la mañana, hacía mucho calor y me moría de sed. Entré en una tienda de comestibles en la calle Santa Marta de La Línea para comprarme una botella de agua. El empleado que estaba allí me dijo que no podía entrar con mi perro. Le expliqué que yo era invidente y que tenía todos los papeles de Ulises, pero insistió en que me tenía que marchar".
Como, desgraciadamente, no es la primera vez que le ocurría, optó por llamar a la Comisaría de la Policía Nacional. "En 10 minutos estaban allí los agentes, que le explicaron al señor de la tienda que estaba autorizado para entrar en todos sitios con el perro guía".
Marco quiere, sobre todo, "que esto no le vuelva a pasar a ninguna otra persona. Es increíble que sucedan cosas así, pero hace dos años me ocurrió lo mismo en una tienda de ropa china". La historia acabó igual, con la Policía en el establecimiento y dando instrucciones sobre lo que dice la ley al respecto.
Pacma denuncia el caso
El partido Animalista Pacma ha querido denunciar públicamente lo ocurrido en La Línea. El coordinador en Cádiz, Eduardo Aranyo, asegura que el episodio es "lamentable". Argumenta que "en la época que estamos y que sigan pasando este tipo de cosas, in inaudito".
Aranyo insiste en que "la ley es muy clara al respecto, tienen que dar entrada a los animales guía”. Hace hincapié, además, en que "es necesario ampliar el círculo de consideración moral hacia los animales. Se cosifican cuando están dando un servicio valiosísimo al ser humano".
