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Los pueblos más bonitos

Cinco localidades andaluzas están incluidas dentro de esta selecta lista, que reconoce el valor patrimonial y natural

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  • Frigiliana -

Cinco localidades andaluzas están incluidas dentro del selecto grupo de los pueblos más bonitos de España, una selección de villas que destacan por su calidad, excelencia y su belleza, una asociación que reconoce a poblaciones con menos de 15.000 habitantes, aunque a los de mayores de 5.000 se les exige sólo un casco histórico en perfectas condiciones, y que destaquen por tener un patrimonio arquitectónico o natural certificado. Entre el medio centenar de poblaciones españolas que cuentan con este certificado, nos encontramos cinco andaluzas: Mojácar, Pampaneira, Lucainena de las Torres, Vejer de la Frontera y Frigiliana, que vamos a descubrirles.

En primer lugar nos trasladamos hasta Almería, a la localidad de Mojácar, considerada como uno de los pueblos más bellos de la provincia, especialmente por su marcado carácter morisco, en el que destacan especialmente su arquitectura y su cultura, encantos y contrastes paisajísticos entre la montaña y la playa.

Desde sus casas encaladas con arcos y cúpulas a su mirador del castillo, pasando por las iglesias y ermitas de notable gusto y cómo no, su fuente mora de doce caños, Mojácar merece estar entre los mejores de esta selección privilegiada.

Entre los espacios a visitar se encuentra la Plaza del Parterre, que se cree que fue una antigua necrópolis árabe, ya que se han encontrado restos orientados hacia el oeste (La Meca).

Actualmente porticada junto a los muros de la iglesia, en uno de sus rincones se encuentra la reproducción exacta de una de las escenas de la Reconquista, que se recrean en la sillería del coro de la catedral de Toledo y que fue realizada artesanalmente por la artista Itziar Ortuzar.

A destacar también la Puerta de la Ciudad, el acceso originario a Mojácar. La actual puerta fue reconstruida en el siglo XVI, sobre la original puerta árabe, que se abría en la muralla. Sirvió de vía de comunicación hacia la cuesta de La Fuente y la Plaza del Caño. Ostenta el Escudo de la ciudad, con el águila bicéfala de la casa de los Austria.  En él se pueden ver una torre, una llave y una cimitarra, y la leyenda “A la muy noble y leal ciudad de Mojácar, llave y amparo del reino de Granada”. Otro de los monumentos es la iglesia de Santa María, construida a finales del siglo XVI sobre la antigua mezquita mayor que se encontraba ubicada en este recinto.

También en la provincia de Almería se encuentra otro de los pueblos más bellos de España: Lucainena de las Torres, situado en la Sierra Alhamilla, en la comarca Sierra de Filabres. Sorprende de Lucainena su estampa blanca e inmaculada amenizada por el calor y cercanía que desprenden sus vecinos.

Llama poderosamente la atención de la localidad el el exquisito cuidado con el que se mantienen sus calles y fachadas de las casas así como la delicadeza con el que sus vecinos adornan sus viviendas con flores, colores y aromas que suponen una experiencia inolvidable para el viajero. Hay que recorrer la localidad y disfrutar de esta joya casi desconocida. Destacan entre sus atractivos la iglesia parroquial del siglo XVIII y el sorprendente coto minero que posee.

Vejer de la Frontera

En el otro extremo de la región, en la provincia de Cádiz, nos encontramos otro de los pueblos más bonitos de España. Es Vejer de la Frontera, situado en la comarca de la Janda y con dos zonas bien diferenciadas, la costa y el interior, el que nos interesa: un conjunto urbano sobre una colina bajo la sombra de su castillo cuyo trazado nos remonta a la época nazarí, con calles estrechas y sinuosas de casas blancas y cuidadas.

Declarado Conjunto Histórico Artístico en 1976 y I Premio Nacional de Embellecimiento de Pueblos en 1978, Vejer se nos descubre como un típico pueblo blanco, de gran belleza monumental y paisajística.

Es más que recomendable visitar su recinto amurallado y monumentos como la Iglesia Parroquial del Divino Salvador, el Castillo, el Museo de Costumbres y Tradiciones, los patios y los molinos de viento, además de su magnífica gastronomía y el encanto de sus alojamientos.

Saltando a la provincia de Málaga nos encontramos con Frigiliana, uno de los pueblos blancos de la provincia con más encanto y galardonado con el I Premio Nacional de Embellecimiento en 1982, siendo su casco histórico Conjunto Histórico Artístico desde 2014.

Situado en la ladera de Sierra Almijara, en la zona más oriental de la Axarquía, su origen se remonta a la época romana, pero es durante el perí­odo árabe cuando adquiere carácter su fisonomí­a urbana, con paredes encaladas, calles estrechas y sinuosas, y un sinfín de escaleras que recorren todo el Barribarto, herencia morisca que el paso del tiempo ha dejado en el casco antiguo de Frigiliana, uno de los mejores conservados de la provincia.

Además del atractivo del conjunto, ofrece lugares de gran interés como las Hoces del Higuerón y edificios como el Ingenio azucarero, donde se elabora la famosa miel de caña, que fue en el pasado Palacio de los Condes de Frigiliana.

Cuenta con una amplia gama de servicios turísticos para satisfacer la demanda del visitante, con una variada gama de alojamientos y restaurantes.

Pampaneira, el pueblo marcado por el desnivel

Pampaneira es otro de los pueblos que ha conseguido ser reconocido como uno de los más bonitos de España. Ubicado en la Alpujarra granadina y marcado por el barranco de la Poqueira, es uno de los pueblos más hermosos de la zona y compite en atractivo con sus vecinos, Capileira y Bubión. Si decide visitar la comarca, puede optar por hospedarse en este último pueblo, en la Villa de Andalucía de Bubión, un establecimiento más que recomendable.

Pero centrándonos en Pampaneira, la geografía marca la belleza de este pueblo, con grandes desniveles, calles estrechas, casas encaladas y rincones característicos de la arquitectura bereber de la zona. Pampaneira, nombre de origen latino (“pampinus”, pámpano) en alusión a la frondosidad de sus tierras regadas por el rí­o Poqueira, no sólo tiene la consideración de conjunto histórico-artí­stico sino que ha recibido galardones como el Primer Premio Provincial de Embellecimiento de Pueblos (1976) y, por dos veces (1977 y 1978), el Premio Nacional de Turismo de Embellecimiento y Mejora de los Pueblos Españoles.

Entre los monumentos que componen el patrimonio de la localidad se encuentra la Iglesia Parroquial de la Santa Cruz - siglo XVI-, de planta rectangular y con artesonado mudéjar, construida sobre una antigua mezquita, cuya característica más singular es mantener rasgos del arte musulmán y del nuevo arte renacentista cristiano. Junto a ella, la fuente de San Antonio, uno de los puntos con más leyendas de la localidad.

Aunque lo más interesante es pasear por las calles del Barrio Bajo partiendo de esa misma iglesia, donde contemplar dos rasgos principales de su arquitectura popular: los “tinaos”, a modo de soportal sobre la entrada de las viviendas que incluso llegan a cubrir toda la calle, y la disposición de las calles sin trazado, como una vereda empedrada que en un principio sirvió de acceso entre los huertos colindantes a cada vivienda.

Otra de las características de la arquitectura de Pampaneira la encontramos en los “terraos”, especialmente entre las calles Cristo y Real, en el que los tejados de las viviendas se encuentran al mismo nivel que la calle. El más interesante es el denominado Terrao de las Cámaras, que fue el lugar elegido para leer los pregones.

Es en este barrio donde aún se puede disfrutar de las antiguas tradiciones de la zona, tanto de su gastronomía con la chacina de cerdo como protagonista, como por los telares, con talleres de tejeduría que mantienen, en parte, la herencia de la sedería del pasado, aunque ahora se centran en realizar las jarapas, muy tradicionales en toda la Alpujarra.

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