La crisis de Abengoa ha tenido un efecto demoledor en su principal filial a la que ha trasvasado sus mejores activos desde junio de 2014, Atlantica Yield (el nuevo nombre de Abengoa Yield). La empresa ha comunicado en la noche del lunes (hora española) sus resultados del año 2015, que reflejan una pérdida de 210 millones de dólares (193 millones de euros) derivada de la solicitud de quiebra solicitada por Abengoa para sus filiales en Brasil. Atlantica Yield participa en la principal de esas filiales, dedicada a la gestión de líneas eléctricas, y el efecto contable de esa quiebra es esa pérdida de 193 millones. La empresa recalcó ayer que esto no supone salida de dinero de la caja de Atlántica.
El grupo que dirige Santiago Seage, el exjefe de Abengoa entre mayo y noviembre que fue recolocado en esa filial por Felipe Benjumea para salvaguardarlo del preconcurso de la matriz española, ha detallado que sin el efecto de esa pérdida el beneficio neto de la empresa hubiera sido de 1,3 millones de euros (1,4 millones de dólares).
Como consecuencia de esas abultadas pérdidas, la empresa ha decidido no repartir por ahora dividendo correspondiente al último trimestre del año 2015 y posponer la decisión sobre si se repartirá o no al segundo trimestre de 2016. Abengoa tiene precisamente hasta final de este mes de marzo para lograr, o no, un acuerdo que evite su declaración de concurso.
Yield esperará a ese momento para tomar una decisión sobre si reparte dinero a sus accionistas. Abengoa controla en torno al 40% de su filial Atlantica Yield, que en diciembre pasado pagó su último dividendo: 0,43 dólares por acción.