Que un político reconozca un error suele ser poco habitual, como lo es oírles hablar de cumplir con sus obligaciones. Ahora bien, en un mismo acto presenciar estas dos cuestiones más la presentación de la solución, hoy día, con lo que estamos presenciando, es para pellizcarse para comprobar si estamos despiertos.
Soportar las críticas, así como la bajeza política de quien sabe que han existido problemas familiares para públicamente ponerlos en duda y arremeter por no asistir a una comisión, soportar mentiras y demás lindezas, sólo es posible si la conciencia está tranquila y se trabaja para arreglar un desaguisado.
Por lo pronto, ya hemos visto que la autocrítica ha existido por parte de un miembro del gobierno local, ¿para cuándo el reconocimiento de responsabilidades a nivel autonómico? ¿Por qué la oposición, con presencia en la Junta de Andalucía, no se ha ofrecido a mediar en este asunto si está implicada?