Si existe algo realmente infame, políticamente hablando, es convocar una referéndum supuestamente democrático para consolidar una dictadura...
Si existe algo realmente infame, políticamente hablando, es convocar una referéndum supuestamente democrático para consolidar una dictadura. Y esto es lo que ha hecho Hugo Chávez en Venezuela, organizar una consulta para ratificar que él pueda convertirse eternamente en el presidente de ese país. No se trata de enjuiciar si este referéndum ha sido limpio o no, sino la propia esencia de la propuesta, ya que cuando un gobernante decide cambiar la Constitución para perpetuarse en el poder es que algo falla en ese país y, por supuesto, en su democracia. Se podrá argumentar que hay muchos países occidentales que no ponen trabas a que sus presidentes puedan presentarse eternamente, pero también es cierto que ninguno de ellos convocó a sus ciudadanos para mantenerse en el cargo y, sobre todo, la consolidacion de sus democracias no son comparables con la de Venezuela y, mucho menos, con la de un Hugo Chávez que roza la paranoia política. Por eso, este referéndum no sólo es una burla a la esencia de la democracia en sí misma, sino un peligroso ejemplo para otros aspirantes a ‘dictadores democráticos’ y un problema de inestabilidad e incertidumbre en toda la zona.