El Gobierno de Estados Unidos ha calificado de "absurdas" las declaraciones del vicepresidente venezolano, Nicolás Maduro, en las que ha sugerido que el cáncer que ha acabado con la vida del presidente, Hugo Chávez, es consecuencia de un ataque de "los enemigos de la patria".
"La afirmación de que Estados Unidos estuvo involucrado de alguna manera en la causa de la enfermedad del presidente Chávez es absurda y la rechazamos completamente", ha dicho en un comunicado el portavoz del Departamento de Estado, Patrick Ventrell.
Ventrell ha sostenido que esta acusación velada es "falaz" e "inapropiada", por lo que ha interpretado que las autoridades venezolanas "no están interesadas en mejorar las relaciones" bilaterales.
No obstante, ha indicado que, "a pesar de las diferencias significativas entre nuestros gobiernos", Estados Unidos sigue creyendo que "es importante buscar una relación funcional y productiva con Venezuela, basada en cuestiones de interés bilateral".
En un discurso televisado tras una reunión extraordinaria de la cúpula política y militar, Maduro ha apuntado que el Gobierno tiene "pistas" de que Chávez habría sido atacado por los "enemigos de la patria" con el cáncer que le fue diagnosticado en junio de 2011.
Maduro ha asegurado que el Gobierno no tiene ninguna duda de que podrá conformar una comisión científica para aclarar si el líder bolivariano fue "atacado" por los "enemigos de la patria".
En este sentido, ha comparado la muerte de Chávez con la del ex presidente palestino Yasser Arafat, ocurrida de forma repentina en 2004, según se ha demostrado recientemente, a causa de un envenenamiento con Polonio 210.
Este cruce de declaraciones se ha producido poco antes de que el presidente venezolano falleciera en el Hospital Militar Carlos Arévalo, en Caracas, tras 21 meses de batalla contra el cáncer y dos meses de convalecencia en La Habana.