El actor Dustin Hoffman ha asegurado que ponerse tras las cámaras para dirigir su primera película, Quartet, ha sido "un gran placer" y ha expresado que "quizá" haya sido "la mejor experiencia que jamás ha tenido en el cine". El interprete estadounidense, de 75 años, ha señalado sentirse "encantado" de haber superado "algunos demonios" que hasta el momento no le habían permitido llevar a cabo esta tarea.
Hoffman ha ofrecido una animada y divertida rueda de prensa en el marco del Festival de Cine de San Sebastián, que esta noche le otorga el segundo Premio Donostia Especial 60 Aniversario, acompañado de uno de los intérpretes de la película, Billy Connolly.
El actor de míticas películas como 'Cowboy de ciudad' o 'Tootsie' ha contado en su debut como director con un elenco integrado por Maggie Smith, Tom Courtenay, Pauline Collins, Michael Gambon o el citado Connolly para contar la historia de una residencia para cantantes de ópera retirados, en el que cada año organizan un concierto para celebrar el cumpleaños de Giuseppe Verdi.
Hoffman ha afirmado que ha querido dirigir películas "durante muchísimos años", pero se ha mostrado convencido de que si hubiese empezado en el cine como director "hubiese sido un fracaso como actor". En ese sentido, ha recurrido al símil de las personas que se casan muchas veces y al final aciertan para reflejar lo que le ha ocurrido con la dirección. "Lo he encontrado después de muchos fallos", ha apuntado.
El intérprete de Rain Man ha considerado que ha tenido "mucha suerte" porque durante muchos años ha podido interpretar el papel principal de los filmes que le ofrecían, aunque ha apuntado que cuando se llega a su edad en esta industria "los personajes suelen ser bidimensionales".
Dustin Hoffman ha explicado que Quartet quiere reflejar que "no te mueres hasta que estas muerto" y que la vida puede suponer "un juego que puedes tener con Dios, en el que le dices: no pienses que vas a poder conmigo en este momento, no me puedes parar". "Ser humano es una experiencia muy interesante porque eres una persona diferente a lo largo de la vida y si miras hacia atrás es como una película", ha remarcado.
"TODOS QUEREMOS LA INMORTALIDAD"
Asimismo, ha apuntado que la película quiere aportar también algo positivo, la idea de que "se puede encontrar una salida" ante el "difícil momento que estamos viviendo". En ese sentido, ha destacado que "estamos aquí temporalmente". "Todos queremos ser inmortales para que nos recuerden, pero la inmortalidad no es solamente el éxito, y lo que realmente queremos es que nos recuerden nuestros seres queridos", ha asegurado.
El actor, que ha contado con verdaderos cantantes de ópera como extras en su película que tienen entre 70 y 80 años, ha señalado que la "energía" de estas personas fue "lo mejor de todo el rodaje", ya que se trata de "gente que todavía puede interpretar y a los que la cultura ha olvidado".
De este modo, ha resaltado que "todos creemos que somos modernos porque todas las épocas lo han sentido, pero dentro de unos años no será así". "En el filme se habla de los Beatles como una moda, que no estarán aquí para siempre, pero lo mismo le dije a mis hijos con el rap y lleva 40 años. Además, todo vuelve", ha aseverado.
"He pasado toda mi vida intentado entender la interpretación", ha señalado Hoffman, quien ha señalado que en su tarea de director ha tratado de evitar los "errores constantes" que han cometido algunos realizadores con los que ha trabajado. Al tiempo ha recalcado que "si algo no funciona no es culpa del actor, es la escena la que tiene que reajustarse para que el actor se sienta cómodo".