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La baranda del Ayuntamiento

Claro que es de aplaudir la colocación de rampas y barandas en la entrada principal de nuestro Ayuntamiento...

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Claro que es de aplaudir la colocación de rampas y barandas en la  entrada principal de nuestro Ayuntamiento. Desde siempre el acceso a  la Casa del Pueblo estuvo vetado para minusválidos, impedidos y  personas con carritos de bebés. Desde ese punto de vista, la celeridad con la que el equipo de gobierno municipal de PSOE-IU ha acometido esta obra es de alabar. Pero no han quedado satisfechos muchos ciudadanos que se han quedado estupefactos con los materiales elegidos para darle forma a la baranda. A los artífices de la misma se les ha pasado por alto la ubicación del edificio, en plena plaza de Santa  María, uno de los entornos monumentales cumbre de Jaén. Y no se les ha ocurrido otra cosa que hacer la dichosa baranda en acero inoxidable, quedando como un pegote entre tanta majestuosidad. Así dicho tal vez  no se entienda, lo mejor es que vayan a verlo in situ para observar que está a destono ese acero entre los monumentos y las rejerías del vecino edificio catedralicio. Hubiera bastado con levantar la barandilla en hierro pintado, o forja, algo similar a la rampa y verjas de la Catedral. De esa manera el pasamanos del Ayuntamiento estaría integrado en el entorno, mimetizado con la Catedral, y no tendríamos el pastiche indecoroso que nos han plantado. Flaco favor se hace a la candidatura de nuestro templo para Patrimonio de la Humanidad cuando detalles como estos no se cuidan, porque la Unesco valora el conjunto de lo que rodea a la Catedral. Y llamativo es que  la Comisión de Patrimonio Provincial no haya hecho ya cambiar la barandilla. A veces en esta ciudad existe un celo excesivo en esto de la estética y otras veces se aplica la manga ancha, como el caso que nos ocupa. Probablemente esto se debe a que el impulsor de la baranda es una administración y se hace la vista gorda. No dudo de que si la acción la hubiera llevado a cabo un particular esa baranda sería de  hierro negro. Me viene a la cabeza el palacio de los Vilches, al que hace un año el BBVA le hizo una reforma y la Junta de Andalucía no le dejó iluminar las arcadas y fachada artísticamente "porque era un monumento" (¿?) y tampoco dejó borrarle una pintada porque "los productos podían dañar la piedra" (¿?) O sea, que cuando alguien  quiere embellecer y limpiar un monumento no le dejan nuestras  autoridades y luego se consienten barrabasadas como la de la dichosa barandilla del Ayuntamiento. El mundo al revés.

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