Dice Alejandro Molina que desde que llegó a la ciudad polaca de Cracovia “la suerte me ha acompañado, toquemos madera, pero hasta ahora todo me ha ido muy bien”.
Movido por el deseo de aventura y de cambiar de aires, este onubense de Huelva capital, que este sábado cumple 30 años, aterrizó en Cracovia en octubre de 2010, y durante este mes vive en el meollo del espectáculo deportivo y social que supone la Eurocopa de Fútbol, de la que Polonia y Ucrania son los países organizadores. Alejandro trabaja como analista informático, pero además tiene una afición, la del fútbol, que le está devolviendo toda la pasión que él le pone.
A sabiendas de que la Eurocopa se jugaba en Polonia y Ucrania, en marzo de 2011 se apuntó al sorteo de entradas para la gran final que organizó la UEFA a través de su página web. “Un mes después me mandaron un email diciéndome que dos entradas eran mías, y hace un mes y medio las recibí”. El precio de cada una, 55 euros, pero haciendo alusión al famoso anuncio, ver a tu selección en el estadio en la final de un gran torneo, no tiene precio.
Este joven onubense participó en el sorteo por disfrutar ‘in situ’ del espectáculo: “Me daba igual qué partido fuera, pero ahora que España se ha clasificado, estoy flipando”, celebra Alejandro. La final se disputa el próximo domingo a las 20.45 en el Estadio Olímpico de Kiev (Ucrania), y Alejandro ya está preparado para un fin de semana de fiesta. Había llegado a un trato con un compañero de trabajo mexicano, según el cual si a alguno de los dos le tocaba las dos entradas, la segunda sería para el otro. Así que con él se va, lo que a su novia, una polaca llamada Edyta Front, “no le ha sentado bien del todo, pero me ha acabado entendiendo. Aprovecho para decirle públicamente que la quiero mucho”. Bien traído, Alejandro.
Al cierre de este artículo, aún no se sabía si el rival de España iba a ser Italia o Alemania, así que le pedimos que se mojara: “España 1-0 Alemania, con gol de Pedro”. Que así sea, pero eso sí, es consciente de que “ganarle tres veces seguidas a Alemania no es nada fácil”. En su pronóstico de Alemania finalista, le tira también que “los italianos son arrogantes, prepotentes y envidiosos”.
Sea lo que sea, la experiencia no se le olvidará en la vida. Y el lunes, vuelta a Cracovia, ciudad en la que “se vive muy bien, en la que los inviernos son muy fríos con temperaturas de 20 grados bajo cero, pero en el verano se está de maravilla. Los sueldos son más bajos que en España, pero el nivel de vida también. Es una ciudad preciosa y muy segura. Eso sí, echo mucho de menos Huelva”, una ciudad que estará representada en las gradas del Olímpico de Kiev con la presencia de Alejandro Molina. Que usted lo disfrute.
Andalucía
Un onubense en Cracovia que se va a la final de La Roja en Kiev
Alejandro Molina lleva 21 meses en Polonia, donde trabaja y está viviendo un torneo al que el domingo le pondrá un broche de oro
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