Siguiendo el ejemplo de un acuerdo firmado entre Cáritas Diocesana de Jerez y las autoescuelas Cabrera, Arjona y Stop, este mismo acuerdo se traslada a la ciudad, de manera que se podrán desarrollar dos iniciativas.
Por un lado, como explica el representante de Carlos Comendador, propietario de la autoescuela Cabrera, “se trata de becar a alumnos que Cáritas designe, para la formación a cargo de la autoescuela”, y por otro, crear “el aula becada para personas con problemas, limitaciones por el nivel de estudios o capacidades, para integrarlos en el aula normal, para que sigan un programa con el que adquieran los conocimientos necesarios para presentarse al carné de conducir”.
Cáritas, de Jerez y El Puerto, a través de sus representantes, Francisco Domouso, y José Serrato, respectivamente, muestran su satisfacción por poder contar con la ayuda del sector empresarial, mermado igualmente por la crisis económica. “Ponen a disposición de los excluidos parte de sus beneficios, para que puedan obtener el permiso de conducir”, que para Serrato supone una “herramienta”, ya no sólo laboral, sino también personal.
Este acuerdo surge de una situación crítica, como asegura Comendador en nombre de sus compañeros (Fernando Arjona por la autoescuela de su mismo nombre y Valentín Bellido por Stop), “pretendemos devolver a la sociedad parte de lo que nos ofrecen”.
Serrato admite que este acuerdo viene a cubrir una parte esencial de Cáritas, que es la promoción integral de las personas a las que atienden. Porque como asegura, se han conseguido contratos para la recogida de la fresa en Huelva, o realizar una lista de personas interesadas en trabajar en las labores del hogar o el cuidado de niños o ancianos, pero “el carné de conducir es fundamental para el desarrollo de las personas”.
Domouso quiere explicar que “Cáritas es mucho más que el reparto de alimentos, pago de recibos de suministro o alquileres, la función principal es la promoción integral de la persona”. Por ello entiende que el acuerdo ratificado es ejemplarizante, por el que “el mundo empresarial pone su granito de arena, aunque no estén para tirar cohetes”.
Ahora es el turno de los trabajadores sociales, que tendrán que confeccionar una lista de las personas que son idóneas para recibir la formación, de entre todos los que las distintas sedes de Cáritas en la ciudad crea conveniente. Serrato asegura que “seremos escrupulosos, para que sean personas formales, que vean esta oportunidad como una obligación, un trabajo”, y acudan cuando se les imponga. De hecho, anuncian los propietarios de las autoescuelas que en Jerez ya han tenido un caso similar, y es que una persona enviada por
Cáritas, a la que pretendían preparar en un mes, a una media de tres horas diarias, después de dos semanas está preparado para acudir a la convocatoria, pues ha estado acudiendo en horario de mañana y de tarde, admitiendo la oportunidad que se le ha ofrecido.
