Martes Santo en La Isla, día de hermandades de barrio, pero no pudo ser. La lluvia que ayer parecía dar una tregua, se hacía presente al poco de salir El Prendimiento. La cofradía tenía programada su salida desde el barrio del Parque a las 17.45 horas.
Allí aguardaba un público que abarrotaba la calle para no perderse este reencuentro. El paso de misterio abandonaba su casa con normalidad, aunque las nubes ya se veían y amenazaban el horizonte. El acompañamiento musical lo ponía la agrupación Lágrimas de Dolores.
María Santísima del Buen Fin lucía exornada como es habitual, con flores rosas en solidaridad con la lucha contra el cáncer de mama. Salía acompañada de la Banda de Música de la Hermandad del Nazareno, pero a los pocos minutos empezaba a caer una intensa lluvia que se convertía en granizo y fuerte viento. Una tromba de agua en toda regla que obligaba a la hermandad a dar la vuelta y recogerse, rodeada de muchas personas que no la dejaron sola y le aplaudieron todo el trayecto para brindarle el calor que le faltaba a la jornada.
Otra de las cofradías que debía realizar su estación de penitencia era la Hermandad de la Caridad desde la iglesia de San Francisco, y que trató de organizarse en vano pidiendo adelantar la salida. Finalmente decidían no salir, enlazando otro martes aciago por segundo año por culpa del mal tiempo. Esta Semana Mayor la Virgen de la Caridad estrenaba manto bordado, un proyecto que comenzaba en el año 2017, con la celebración del 75 aniversario fundacional de la Hermandad y culminaba este mismo 2025, obra del taller Virgen del Carmen de San Fernando.
La Cofradía de la Sagrada Oración de Nuestro Señor Jesucristo en el Huerto optó por retrasar su hora de salida a las 19.15 horas desde la iglesia de la Divina Pastora. El Señor del Huerto estrenaba una nueva túnica bordada en oro sobre terciopelo burdeos y un mantolín ocre de Sergio Guzmán. La Virgen de Gracia y Esperanza lucía en su fajín los broches que les regalaran las hermandades de Ecce Homo y Misericordia por su coronación canónica, en conmemoración por el 5o aniversario de sus titulares marianas, las Vírgenes de Piedad y Salud.
Tampoco lo tuvieron fácil los dos pasos. Cuando el Señor del Huerto se encontraba ya en la calle, volvía aparecer la lluvia, pero de forma más débil. Decidían entonces continuar y la Virgen de Gracia y Esperanza le seguía poco después. Fue la única hermandad que hacía estación de penitencia el Martes Santo en La Isla, aunque recortando el itinerario de vuelta.