De película. Así ha sido el espectacular operativo de la Policía Nacional y la Policía Local con el que han amanecido los vecinos de Puerto de Palos, junto al CEIP Casal Carrillo, para detener a un hombre de 34 años, vecino de Málaga que, por causas que se investigan, estaba pegando disparos al aire.
Fueron los vecinos los que dieron la voz de alarma sobre las 8.00 horas, que fue cuando las sala del 091 recibió las primeras llamadas de testigos denunciando haber escuchado detonaciones que presuntamente procedían de tiros en varios lugares de la localidad donde estaba realizando disparos al aire con un arma corta.
Tras varias batidas por la zona, este sujeto era localizado en la calle General Pujales junto a varios policías locales que trataban de darle alcance. Tras una larga persecución, para la que se movilizaron más de una decena de agentes, el individuo trató de eludir la acción policial, llegando a colarse en un domicilio en la calle Olmo, de donde fue expulsado por sus inquilinos, que tuvieron la sangre fría de plantarle cara para que se fuera.
De ahí continuó hacia la calle Moguer, donde a la altura del número 1, y con tiros al aire por parte de las fuerzas de seguridad, los agentes de la Policía Nacional y la Local conseguían reducirlo y procedían a su detención.
Los efectivos han intervenido el arma con varios casquillos detonados para ser examinada. Al detenido, vecino de Málaga con 34 años de edad, le constan antecedentes por atraco.
Por fortuna, el incidente se ha producido casi una hora antes de la entrada al colegio Casal Carrillo, que se realiza por la citada calle en la que se ha producido la detención.
De hecho, los alumnos finalmente han tenido que acceder al centro por la calle Ángel Sevillano por recomendación de la propia Policía Nacional, que se encontraba en la otra calle realizando las oportunas pesquisas como ha sido la recogida de casquillos. Un cuarto de hora más tarde de la entrada al colegio todo volvió a la normalidad e incluso los estudiantes se encontraban en el patio como cualquier jornada lectiva.
"Yo vivo enfrente y me he pegado un susto horroroso con los tiros", comentaba una señora, a la que como al resto de vecinos todavía le duraba el susto en el cuerpo. "Faltaban minutos para que bajaran mis hijos y empezamos a oír tiros; hasta mala estoy", apuntaba otra vecina. Eso sí, la tónica general tras el mal rato de los residentes era de agradecimiento y felicitaciones a los agentes policiales que han intervenido en el dispositivo.
