El Galibier, el Alpe D'Huez y la crono de Grenoble serán los jueces
Los Alpes despejarán la incógnita de esta edición de la ronda francesa.
El Galibier, el Alpe D’Huez y la cronometrada de Grenoble serán los jueces del Tour, que tras disfrutar de la segunda jornada de descanso afronta la hora de la verdad con los grandes favoritos separados en torno a los dos minutos, entre ellos el español Alberto Contador, quien afronta en desventaja “el reto” de ganar su cuarto título.
Los Alpes despejarán la incógnita de esta edición, hasta hora adormecida por la falta de agresividad de sus candidatos. Tres etapas para confeccionar un podio, en el que ahora habitan el francés Thomas Voeckler como líder, el luxemburgués Frank Schleck y el australiano Cadel Evans.
Intereses comunes desde posiciones diferentes. Y un lema de interés general, “al ataque”. Desde el jueves ya no valdrán las cartas en la manga. La alta jerarquía tendrá que mostrar sus aptitudes para ganar el maillot amarillo. Desde Evans, señalado como referencia, hasta Contador, que cierra la fila en séptimo lugar, pasando por los hermanos Schleck, Basso y Samuel Sánchez, el rey en Liuz Ardiden.
Alberto Contador, no saldrá en la “pole”. Afrontará una situación nueva de carrera, poco acostumbrado a la obligación de remontar. Tal vez ese aspecto motive al madrileño, en vías de recuperación de su lesión de rodilla. Este Tour le remueve por dentro.
“El Tour se ha convertido para mi en un reto y tengo que afrontar la carrera de una forma diferente a lo habitual. Tengo ganas de que empiecen ya las etapas de los Alpes”, dijo Contador en el Castillo de Rochegude, hotel que alojó al equipo danés.
Sobre su estado de forma está todo por descubrir. Asegura que en Pirineos, donde sus rivales desaprovecharon una gran oportunidad de acabar con sus aspiraciones, se encontró mejor, y en los Alpes espera recuperar el golpe de pedal que no ha podido desarrollar por culpa de su rodilla inflamada. También tendrá que experimentar hasta qué punto el esfuerzo del Giro de Italia le va a pasar factura.
“No estoy al mismo nivel que en el mes de mayo. El Giro no es la mejor preparación para el Tour. No tengo aquella frescura para atacar”, admite.
Sus rivales también preparan la artillería para la cita alpina. Voeckler considera sus opciones del “cero por ciento”, pero el alsaciano crea cierta desconfianza. Evans está bien situado respecto a la contrarreloj del sábado, que le favorece, pero el Galibier, por dos veces, y el Alpe D’Huez tendrán algo que decir. Su táctica de siempre es aguantar a rueda, y mejor preparado que nunca, será duro de pelar.
Los Schleck se tienen que definir. “Los dos no podemos ganar, pero el amarillo se quedará en familia”, plantea Andy, el pequeño. Y también deberán mover fichas si quieren compensar en la montaña sus carencias contra el crono.
Ivan Basso, doble vencedor del Giro ha vuelto entre los grandes con ganas de saldar su deuda con el Tour, De naturaleza poco ofensiva, el varesino prefiere subir los puertos a ritmo. De momento está en la lista.
En la casa del Euskaltel aún se disfruta del triunfo de Samuel Sánchez en Pirineos, pero el campeón olímpico, sexto a 3.44 no quiere firmar compromisos con el podio. “Prefiero ganar otra etapa al podio”, dijo.
Son los hombres que se van a jugar el Tour de Francia, hasta ahora marcado por las diferencias emanadas de la caída de la primera etapa, no de la lucha en carretera. Sin aquel retraso que perjudicó sobre todo a Contador y Samuel Sánchez estaríamos hablando de medio minuto de diferencia entre los gallos de la general.
El espectáculo que faltó en Pirineos se espera en los Alpes. El Galibier cumple 100 años y la organización ha planteado un doble visita al mítico puerto, situado a 2.645 metros. La etapa del jueves finaliza en su cima, la del viernes pasa por la misma para finalizar en Alpe D’Huez, con sus 21 curvas de leyenda. El sábado, por si hay dudas, se disputa la contrarreloj de Grenoble, de 42 kilómetros.
A la cita cronometrada quiere llevar Contador “a la par o un poco por debajo de Evans y a un minuto de los Schleck”. Son los cálculos del defensor del título. Para ello deberá regresar a su mejor versión en los temibles puertos alpinos. El Tour vuelve a la actividad con la disputa de la decimosexta etapa entre Saint Paul Trois Châteaux y Gap, con un recorrido de 162 kilómetros. El único aliciente de la jornada es el Col de Manse (2a), a 11 de meta.
Los Alpes despejarán la incógnita de esta edición, hasta hora adormecida por la falta de agresividad de sus candidatos. Tres etapas para confeccionar un podio, en el que ahora habitan el francés Thomas Voeckler como líder, el luxemburgués Frank Schleck y el australiano Cadel Evans.
Intereses comunes desde posiciones diferentes. Y un lema de interés general, “al ataque”. Desde el jueves ya no valdrán las cartas en la manga. La alta jerarquía tendrá que mostrar sus aptitudes para ganar el maillot amarillo. Desde Evans, señalado como referencia, hasta Contador, que cierra la fila en séptimo lugar, pasando por los hermanos Schleck, Basso y Samuel Sánchez, el rey en Liuz Ardiden.
Alberto Contador, no saldrá en la “pole”. Afrontará una situación nueva de carrera, poco acostumbrado a la obligación de remontar. Tal vez ese aspecto motive al madrileño, en vías de recuperación de su lesión de rodilla. Este Tour le remueve por dentro.
“El Tour se ha convertido para mi en un reto y tengo que afrontar la carrera de una forma diferente a lo habitual. Tengo ganas de que empiecen ya las etapas de los Alpes”, dijo Contador en el Castillo de Rochegude, hotel que alojó al equipo danés.
Sobre su estado de forma está todo por descubrir. Asegura que en Pirineos, donde sus rivales desaprovecharon una gran oportunidad de acabar con sus aspiraciones, se encontró mejor, y en los Alpes espera recuperar el golpe de pedal que no ha podido desarrollar por culpa de su rodilla inflamada. También tendrá que experimentar hasta qué punto el esfuerzo del Giro de Italia le va a pasar factura.
“No estoy al mismo nivel que en el mes de mayo. El Giro no es la mejor preparación para el Tour. No tengo aquella frescura para atacar”, admite.
Sus rivales también preparan la artillería para la cita alpina. Voeckler considera sus opciones del “cero por ciento”, pero el alsaciano crea cierta desconfianza. Evans está bien situado respecto a la contrarreloj del sábado, que le favorece, pero el Galibier, por dos veces, y el Alpe D’Huez tendrán algo que decir. Su táctica de siempre es aguantar a rueda, y mejor preparado que nunca, será duro de pelar.
Los Schleck se tienen que definir. “Los dos no podemos ganar, pero el amarillo se quedará en familia”, plantea Andy, el pequeño. Y también deberán mover fichas si quieren compensar en la montaña sus carencias contra el crono.
Ivan Basso, doble vencedor del Giro ha vuelto entre los grandes con ganas de saldar su deuda con el Tour, De naturaleza poco ofensiva, el varesino prefiere subir los puertos a ritmo. De momento está en la lista.
En la casa del Euskaltel aún se disfruta del triunfo de Samuel Sánchez en Pirineos, pero el campeón olímpico, sexto a 3.44 no quiere firmar compromisos con el podio. “Prefiero ganar otra etapa al podio”, dijo.
Son los hombres que se van a jugar el Tour de Francia, hasta ahora marcado por las diferencias emanadas de la caída de la primera etapa, no de la lucha en carretera. Sin aquel retraso que perjudicó sobre todo a Contador y Samuel Sánchez estaríamos hablando de medio minuto de diferencia entre los gallos de la general.
El espectáculo que faltó en Pirineos se espera en los Alpes. El Galibier cumple 100 años y la organización ha planteado un doble visita al mítico puerto, situado a 2.645 metros. La etapa del jueves finaliza en su cima, la del viernes pasa por la misma para finalizar en Alpe D’Huez, con sus 21 curvas de leyenda. El sábado, por si hay dudas, se disputa la contrarreloj de Grenoble, de 42 kilómetros.
A la cita cronometrada quiere llevar Contador “a la par o un poco por debajo de Evans y a un minuto de los Schleck”. Son los cálculos del defensor del título. Para ello deberá regresar a su mejor versión en los temibles puertos alpinos. El Tour vuelve a la actividad con la disputa de la decimosexta etapa entre Saint Paul Trois Châteaux y Gap, con un recorrido de 162 kilómetros. El único aliciente de la jornada es el Col de Manse (2a), a 11 de meta.
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