El británico Mark Cavendish logra su cuarta etapa en la ronda gala
Cavendish volvió a demostrar su condición de mejor esprinter del mundo.
El británico Mark Cavendish (HTC) volvió a demostrar su condición de mejor esprinter del mundo con un póker en la decimoquinta etapa del Tour disputada entre Limoux y Montpellier, de 193 kilómetros, en la que se mantuvieron las posiciones en general, con el francés Thomas Voeckler (Europcar) al frente.
Alérgico a las etapas de montaña, Cavendish bajó con hambre de victoria de los Pirineos y acudió puntual a la cita con la alta velocidad en Montpellier, penúltima opción para los guepardos del pelotón. Ya solo queda París.
Fue superior al estadounidense Tyler Farrar (Garmin) y al italiano Alessandro Petacchi (Lampre), que vieron a una distancia respetable cómo levantaba los brazos por cuarta vez en la presente edición.
La suma de su victoria número 19 en el Tour le permite colocarse como el sexto más laureado de la historia, empatado con el luxemburgués Nicolas Frantz, con margen a sus 26 años de acercarse a ciclistas legendarios como Eddy Merck, que es el primero con 34, Bernard Hinault (28) o Lance Armstrong (25).
Otro paso en su objetivo de alcanzar el maillot verde por puntos. Su principal rival, el español José Joaquín Rojas (Movistar), entró quinto y se aleja en 37 puntos en la lista de la regularidad. El murciano denunció en Luz Ardiden que “Cavendish” siempre se remolca en los puertos, pero reconoció que el ciclista del HTC “es el mejor del mundo”. Lo cortés no quita lo valiente.
Etapa previsible después de los Pirineos. Escapada, caza cercana a meta y preparación del esprint. El pelotón rodó rápido, a una media de 44,5 kms/hora, con la única preocupación del viento, que por esta zona ya ha gastado bromas muy pesadas. Que se lo pregunten a Alberto Contador.
En 2009 perdió 40 segundos por un corte que provocó el equipo de Cavendish. Fue en La Grande Motte, un día que Armstrong le lanzó una andanada al madrileño. “No hace falta ser ingeniero espacial para saber que cuando hay viento hay que estar delante”, dijo el texano, compañero, y sin embargo rival, en el Astana.
El viento sopló a favor casi toda la etapa. En 5 kilómetros que incidió lateralmente se cortó el grupo, pero sin consecuencias. No hubo peligro de ningún tipo para los favoritos, todos atentos a pasar de no ser ingeniero ninguno de ellos.
No faltaron los aventureros, que se animaron en el kilómetro 2 con un quinteto en el que marchaban los franceses Delage, Delaplace y Dumoulin, el holandés Tersptra y el ruso Ignatiev. Los dos últimos feron los últimos en claudicar, a 3 kilómetros de meta. No en vano, el HTC se tiró todo el día persiguiendo.
Día tranquilo para los favoritos, escondidos en la multitud. Voeckler siguió de rey del Tour un día más, en el centro del debate sobre su solidez como líder. Él no cree en sus posibilidades. “Tengo cero posibilidades de ganar el Tour”, dijo.
No se movieron las posiciones en la general. Frank Schleck es segundo a 1.49 y Cadel Evans tercero a 2.06. Samuel sigue sexto, primer español, a 2.44 y Alberto Contador, séptimo, espera a los Alpes a 4 minutos. Si las diferencias no se movieron en las tres etapas de Pirineos con 4 puertos de categoría espacial, en una etapa llana y de transición.
El Tour disfrutará mañana de su segunda jornada de descanso. Luego, tras dos etapas de aproximación, los Alpes tomarán la palabra con tres escenarios que serán ineludibles para los que quieran ganar el Tour. Ya no valdrá esconderse ni lanzar ataques estériles. Las cartas tendrán que salir, y para eso se muestra dispuesto Alberto Contador, hasta ahora mermado por la rodilla, en un papel muy alejado del que le corresponde a un triple ganador del Tour de Francia.
“No pienso llegar a París sin atacar”. Una aviso de Contador, que sigue viendo “las puertas abiertas” para alcanzar su cuarto Tour.
La decimosexta etapa se disputa entre Saint Paul Trois Chateaux y Gap, de 162,5 kilómetros, con el puerto Col de Manse (2a) a 11 de meta.
Alérgico a las etapas de montaña, Cavendish bajó con hambre de victoria de los Pirineos y acudió puntual a la cita con la alta velocidad en Montpellier, penúltima opción para los guepardos del pelotón. Ya solo queda París.
Fue superior al estadounidense Tyler Farrar (Garmin) y al italiano Alessandro Petacchi (Lampre), que vieron a una distancia respetable cómo levantaba los brazos por cuarta vez en la presente edición.
La suma de su victoria número 19 en el Tour le permite colocarse como el sexto más laureado de la historia, empatado con el luxemburgués Nicolas Frantz, con margen a sus 26 años de acercarse a ciclistas legendarios como Eddy Merck, que es el primero con 34, Bernard Hinault (28) o Lance Armstrong (25).
Otro paso en su objetivo de alcanzar el maillot verde por puntos. Su principal rival, el español José Joaquín Rojas (Movistar), entró quinto y se aleja en 37 puntos en la lista de la regularidad. El murciano denunció en Luz Ardiden que “Cavendish” siempre se remolca en los puertos, pero reconoció que el ciclista del HTC “es el mejor del mundo”. Lo cortés no quita lo valiente.
Etapa previsible después de los Pirineos. Escapada, caza cercana a meta y preparación del esprint. El pelotón rodó rápido, a una media de 44,5 kms/hora, con la única preocupación del viento, que por esta zona ya ha gastado bromas muy pesadas. Que se lo pregunten a Alberto Contador.
En 2009 perdió 40 segundos por un corte que provocó el equipo de Cavendish. Fue en La Grande Motte, un día que Armstrong le lanzó una andanada al madrileño. “No hace falta ser ingeniero espacial para saber que cuando hay viento hay que estar delante”, dijo el texano, compañero, y sin embargo rival, en el Astana.
El viento sopló a favor casi toda la etapa. En 5 kilómetros que incidió lateralmente se cortó el grupo, pero sin consecuencias. No hubo peligro de ningún tipo para los favoritos, todos atentos a pasar de no ser ingeniero ninguno de ellos.
No faltaron los aventureros, que se animaron en el kilómetro 2 con un quinteto en el que marchaban los franceses Delage, Delaplace y Dumoulin, el holandés Tersptra y el ruso Ignatiev. Los dos últimos feron los últimos en claudicar, a 3 kilómetros de meta. No en vano, el HTC se tiró todo el día persiguiendo.
Día tranquilo para los favoritos, escondidos en la multitud. Voeckler siguió de rey del Tour un día más, en el centro del debate sobre su solidez como líder. Él no cree en sus posibilidades. “Tengo cero posibilidades de ganar el Tour”, dijo.
No se movieron las posiciones en la general. Frank Schleck es segundo a 1.49 y Cadel Evans tercero a 2.06. Samuel sigue sexto, primer español, a 2.44 y Alberto Contador, séptimo, espera a los Alpes a 4 minutos. Si las diferencias no se movieron en las tres etapas de Pirineos con 4 puertos de categoría espacial, en una etapa llana y de transición.
El Tour disfrutará mañana de su segunda jornada de descanso. Luego, tras dos etapas de aproximación, los Alpes tomarán la palabra con tres escenarios que serán ineludibles para los que quieran ganar el Tour. Ya no valdrá esconderse ni lanzar ataques estériles. Las cartas tendrán que salir, y para eso se muestra dispuesto Alberto Contador, hasta ahora mermado por la rodilla, en un papel muy alejado del que le corresponde a un triple ganador del Tour de Francia.
“No pienso llegar a París sin atacar”. Una aviso de Contador, que sigue viendo “las puertas abiertas” para alcanzar su cuarto Tour.
La decimosexta etapa se disputa entre Saint Paul Trois Chateaux y Gap, de 162,5 kilómetros, con el puerto Col de Manse (2a) a 11 de meta.
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