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Sevilla

La seguridad de las edificaciones ante los incendios preocupa a los expertos

Exigen medidas más estrictas en la normativa reguladora de la seguridad en edificios para evitar sucesos similares al incendio de Huévar del Aljarafe

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El incendio ocurrido en Huévar del Aljarafe, Sevilla, el pasado 26 de diciembre ha puesto en evidencia las graves deficiencias en la protección contra incendios en edificaciones en España. El Observatorio de Nuevos Riesgos de Incendio (OBS) reclama con urgencia una revisión de la normativa actual para limitar el uso de materiales combustibles y reforzar la seguridad en la construcción.

El reciente incendio ocurrido en Huévar ha reavivado el debate sobre la seguridad en los edificios y la necesidad de un marco regulatorio más estricto que priorice la protección frente al fuego. Esto pone de manifiesto las carencias del actual Código Técnico de la Edificación (CTE), que ha generado preocupación en expertos y organizaciones dedicadas a la seguridad contra incendios, como la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB) o la Fundación Fuego.

Según Andrés Pedreira, director del Observatorio de Nuevos Riesgos de Incendio (OBS), la normativa española sigue siendo insuficiente y menos estricta que las de otros países europeos, lo que sitúa a España en desventaja en la prevención de incendios en edificios, y es que "la actual normativa, el CTE, fue aprobado en 2019, tras el incendio de la Torre Grenfell en Londres, pero sigue siendo insuficiente y menos estricta que la de la mayor parte de países europeos".

El OBS, integrado por 16 entidades del ámbito de la ingeniería, la seguridad y la edificación, ha hecho un llamamiento al Gobierno para revisar las normativas actuales y exigir el uso de materiales no combustibles en las fachadas de edificios de gran altura, alta ocupación o difícil evacuación. Pedreira señala que la situación es alarmante, ya que, mientras en países como Alemania, Francia o Reino Unido los requisitos son mucho más estrictos, en España todavía se permite el uso de opciones combustibles, como el poliuretano, incluso en edificios de más de 18 metros de altura.

Los incendios en fachadas de grandes edificios se han multiplicado por siete en los últimos 30 años a nivel mundial, y la propagación del fuego es ahora seis veces más rápida que en la década de 1950. Este problema se ve agravado por el envejecido parque inmobiliario español, que tiene una media de 45 años. Más de 9 millones de edificios necesitan rehabilitación para cumplir con los estándares de aislamiento térmico y eficiencia energética, pero estas intervenciones muchas veces recurren a materiales combustibles, lo que incrementa el riesgo de propagación del fuego.

"Han pasado cuatro meses tras el incendio de Campanar y no se ha dado ningún paso para revisar la actual reglamentación", señala Pedreira, haciendo referencia al devastador incendio en Valencia que dejó graves consecuencias. Desde el OBS se propone una revisión integral del CTE que contemple la no combustibilidad de los materiales y sistemas utilizados en edificios sensibles, además de la implementación de barreras que limiten la propagación vertical y horizontal del fuego.

La situación es especialmente crítica en edificios de alta ocupación o con evacuación complicada, como hospitales, colegios y residencias de mayores, que representan aproximadamente el 15 % del parque inmobiliario español. "La búsqueda de ahorro y eficiencia energética no puede comprometer la seguridad de las personas que viven o trabajan en estos edificios", afirma Pedreira.

El OBS también hace un llamado a sensibilizar a la población sobre la importancia de la seguridad en las edificaciones. Según datos recientes, 8 de cada 10 españoles consideran que su hogar no tiene problemas de aislamiento, lo que refleja un preocupante desconocimiento sobre los riesgos asociados a los materiales utilizados en las construcciones. Para Pedreira, es imprescindible que la ciudadanía pueda identificar qué edificios son seguros y cuáles requieren mejoras, especialmente al tomar decisiones sobre la compra de una vivienda o su rehabilitación.

En paralelo, la Unión Europea ha establecido metas ambiciosas para descarbonizar el parque inmobiliario y lograr edificios de emisiones cero para 2050. Sin embargo, este esfuerzo por mejorar la eficiencia energética no puede desvincularse de la seguridad contra incendios, ya que recurrir a materiales combustibles en las rehabilitaciones puede tener consecuencias desastrosas.

 

 

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