La sesión vespertina del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular estuvo marcada por
las palabras inspiradoras de monseñor Bernardito Auza, nuncio apostólico en España, durante la Eucaristía celebrada en la Catedral de Sevilla. Concelebrada por altas autoridades eclesiásticas, como monseñor Edgar Peña y el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses,
la misa reunió a más de 1.800 congresistas.
En su homilía, monseñor Auza subrayó la belleza de la sencillez en la fe,
afirmando que “lo sencillo es lo más hermoso” y recordando que la verdadera religiosidad radica en una relación personal con Dios. Citando al papa san Pablo VI, destacó cómo
la religiosidad popular engendra virtudes como la paciencia, la aceptación y la devoción, pilares fundamentales para un encuentro auténtico con Cristo.
El nuncio también elogió el papel de las hermandades, no solo como un fenómeno cultural, sino como testigos vivos de la fe que enriquecen la sociedad y promueven la comunión eclesial. “El papa Francisco
apoya grandemente vuestra piedad como una manera legítima de vivir la fe”, afirmó,
alentando a los cofrades a perseverar en su misión evangelizadora.
Además,
la adoración al Santísimo Sacramento tuvo un papel relevante, desarrollándose en tres capillas emblemáticas de Sevilla, con turnos de vela organizados por las hermandades sacramentales. Estos momentos de oración
reforzaron la espiritualidad del encuentro y el compromiso de los participantes con su fe.