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Libro del corazón

El corazón, un órgano maravilloso

La diversidad de corazones en el reino animal, curiosidades sobre su funcionamiento y sorprendentes datos sobre la anatomía y fisiología del corazón humano

Publicado: 11/08/2024 ·
13:27
· Actualizado: 11/08/2024 · 14:04
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  • Corazón. -
Autor

José Manuel Revuelta Soba

Catedrático de Cirugía y Profesor Emérito de la Universidad de Cantabria. Ex-Jefe de Cirugía Cardiovacular del Hospital Valdecilla de Santander

Libro del corazón

Descubriendo el interior del corazón humano, órgano maravilloso, fuente de vida e investigación de calidad

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Es una creencia común que el corazón es un órgano único en todos los animales, motor de la vida, imprescindible para distribuir la necesaria energía a todos los rincones del cuerpo. Sin embargo, existen algunos animales que no tienen corazón -estrellas de mar o medusas-, mientras otros tienen dos, como los cangrejos de río, uno encargado de bombear sangre a su cabeza y el otro a sus extremidades, esta particularidad les permite moverse con mayor rapidez. Los tiburones poseen también dos corazones, uno para bombear la sangre a los órganos y otro destinado al resto de su cuerpo, mediante un sistema circulatorio muy eficiente para proporcionarle un desplazamiento tan veloz en el medio marino. Los pulpos y calamares gigantes cuentan con tres corazones y sangre azul, uno de sus corazones controla la presión arterial del cuerpo y los otros dos están destinados a inyectar sangre a sus aletas, permitiéndoles moverse con velocidad. Aún más sorprendente resulta la anatomía de las lombrices que disponen de 5 corazones con funciones diferentes.

El corazón humano de un adulto promedio pesa de 300-350 gramos, siendo su tamaño similar a su puño cerrado. La ballena azul tiene el corazón más grande de los mamíferos, con un peso promedio de 180 kilos, midiendo un metro y medio; mientras que el corazón de la vaca pesa alrededor de un kilo, con tamaño similar a una cabeza humana. La configuración anatómica del corazón de los mamíferos está formada por 4 cavidades o cámaras (2 aurículas que reciben la sangre y 2 ventrículos que la expulsan al contraerse); algunos reptiles tienen 3 y los peces tan solo 2 cámaras.

Este órgano vital está situado en la región central del pecho con su vértice -ápex cardiaco- localizado en el lado izquierdo, aunque no en todas las personas. Algo menos del 1% de la población general sufre dextrocardia, malformación congénita en la que la punta del corazón está inclinada hacia la derecha del tórax. En estos casos, todos los órganos están situados en el lado inverso del cuerpo -situs inversus-, a veces acompañados de otras malformaciones.

El corazón es una máquina excelente, perfectamente coordinada, que depende de su propia electricidad para contraerse. El lado derecho bombea la sangre (azulada) a los pulmones para su oxigenación y el lado izquierdo la bombea oxigenada (carmesí brillante) de vuelta al cuerpo. Una persona adulta suele tener unos 5 a 6 litros de sangre en su cuerpo, que el corazón bombea constantemente, a razón de 4,5 – 5 litros por minuto. Los adultos tienen una frecuencia cardiaca en reposo de 60 y 90 latidos por minuto (l/min.), generando alrededor de 100.000 latidos al día, unos 3.000 millones de latidos a lo largo de la vida. El corazón de la mujer late algo más rápido (promedio 80 l/min.) que el hombre (promedio 70 l/min.), ya que al ser de menor tamaño necesita latir con mayor frecuencia para bombear semejante volumen de sangre. Los recién nacidos presentan una frecuencia cardiaca entre 120-150 l/min. Los atletas suelen mostrar una frecuencia cardíaca lenta en reposo de alrededor de 40-60 l/min.

Otras curiosidades

  • La frecuencia cardiaca del colibrí llega a alcanzar los 1.000 l/min., mientras que el leopardo puede aumentar a 250 l/min. en pocos segundos para conseguir su presa, y la foca disminuir la frecuencia cardiaca hasta 10 l/min. en las inmersiones prolongadas.
  • El ciclo cardíaco -fases de contracción y relajación o latido cardiaco- dura menos de un segundo (0,8 segundos), expulsando alrededor de 7.500 litros de sangre al día, para recorrer unos 96.000 kilómetros de vasos sanguíneos (arterias y venas) que conforman el sistema circulatorio humano, longitud semejante a dos vueltas completas a la Tierra.
  • El corazón puede seguir latiendo fuera del cuerpo.
  • La aorta es la arteria más gruesa del cuerpo humano, con un diámetro semejante a una manguera de jardín, mientras el resto de las arterias tienen un calibre de 2-4 milímetros de diámetro. Los capilares son 10 veces más finos que un cabello, por lo que oponen una gran resistencia al paso de sangre a su través, por ello, el corazón debe tener una gran potencia contráctil para vencer esa elevadísima resistencia arterial.
  • El músculo cardiaco humano es el más fuerte del cuerpo, trabajando el doble que los músculos de las piernas de un ciclista profesional, sin descansar nunca, día y noche, durante toda la vida.
  • Los billones de células del cuerpo humano precisan recibir sangre del corazón para su supervivencia, a excepción de las córneas.
  • El sonido de los latidos cardiacos es causado por los movimientos de apertura y cierre de las válvulas del corazón. Una válvula aórtica promedio tiene un diámetro aproximado de una moneda de 2 euros.
  • La jirafa posee un ventrículo izquierdo muy grueso, para generar una presión arterial muy elevada, la más alta de todos los mamíferos: 280/180 mmHg, que permite a la sangre ascender a través de su largo cuello, que puede alcanzar los 3 metros de longitud. Es el único mamífero que dispone de válvulas en el interior de las arterias del cuello -arterias carótidas-, para evitar el retroceso de la sangre por efecto de la gravedad, asegurando así la llegada de sangre al cerebro. Por el contrario, los reptiles tienen la presión máxima y mínima prácticamente iguales, ya que su cuerpo horizontal no requiere contrarrestar los efectos de la gravedad sobre la circulación de la sangre.
  • Las células cardíacas dejan de dividirse al alcanzar la edad adulta, por ello, el cáncer de corazón es extremadamente raro.

“El corazón humano es muy parecido al mar, tiene tormentas, tiene sus olas y en sus profundidades también tiene sus perlas”

Vincent W. van Gogh (1853 – 1890), pintor postimpresionista neerlandés.

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