Es un secreto a voces pero 7TV San Fernando y San Fernando Información han querido conocer de primera mano como les ha cambiado la vida a las entidades sin ánimo de lucro estos tres últimos años con el traslado desde La Magdalena al céntrico Parque Almirante Laulhé. La inmensa mayoría corrobora que los beneficios están muy por encima de los que se daban en los últimos años junto al caño de Sancti Petri.
Además, muchos de ellos afirman que el hecho de que las casetas sean más pequeñas ha provocado que se haya recuperado ese ambiente familiar que había de antaño. Y, en tercer lugar, aseguran que gracias al cobijo del arbolado la Feria de Día ha cogido un notable impulso.
Lo que desean es que este modelo que estas tres últimos ediciones se ha ido consolidando en el céntrico espacio verde de la ciudad no sea flor de un día y que cuando se regrese a La Magdalena se mantenga. Eso es algo que sólo el tiempo lo dirá...
Javier Cuevas, de la Hermandad de Tres Caídas, asegura que “se ha notado mucho. Nosotros llevamos montando caseta desde 2005 y desde que nos venimos al Parque se ha visto ese cambio desde el primer año”, añadiendo que “vemos que el ambiente es más familiar, acogedor y que la afluencia de público es mucho mayor que en los últimos años en La Magdalena, tanto a la hora de almorzar como a la de cenar. Estamos muy contentos”.
Jesús López, que carga el cristo del Prendimiento y también colabora en la caseta, se mantiene en la misma línea que Cuevas. “La tendencia ha cambiado totalmente desde que se monta aquí en el Parque. Hace caja en un día de calor por la mañana en La Magdalena era misión imposible por las elevadas temperaturas y la falta de arbolado, algo que aquí no sucede”.
Y eso, asegura, se “está notando en el gran aumento que estamos teniendo de los beneficios. Que se trabaje altruistamente y se vean esos resultados nos anima muchísimo, sobre todo porque todo lo que sembranos aquí repercute luego cuando la gente ve nuestra hermandad en la calle”.
‘Novatos’
Daniel González Novella, miembro del Grupo Por, cuenta cómo está siendo la experiencia de montar por primera vez la caseta en la Feria y que lleva por nombre Alinquindoi. “Nosotros llevábamos diez años haciendo la pasarela solidaria en favor de diferentes causas sociales, pero este año no se pudo hacer. Entonces vimos la posibilidad de montar una caseta en la Feria y, de esa manera, seguir aportando nuestro granito de arena a una o dos causas sociales”.
Afirma que “es cierto que nosotros no tenemos la experiencia del anterior recinto ferial, no teníamos caseta pero sí que conozco cómo se desarrollaba. Aquí con este arbolado y que está en un espacio céntrico hace que se apetezca mucho venir a la feria de día”.
Otra de las hermandades que ha vuelto a montar en la Feria del Carmen y de la Sal tras varios años de ausencia ha sido la de Medinaceli. José Antonio Garnárez daba detalles sobre cómo está siendo ese reencuentro con la fiesta isleña. “Dejamos de montar en La Magdalena por una serie de circunstancias y ahora hemos vuelto y trabajamos nosotros la caseta. Aquí estamos percibiendo que estos es mucho más íntimo y el ambiente familiar que hay es increíble”.
Y afirma que todo el beneficio que se consiga va a ir destinado no solo a la salida procesional, sino a todas las acciones sociales que a lo largo del año realiza la hermandad.
Por último, Guillermo Zuaza, hermano mayor de Humildad y Paciencia, hermandad que ha montado por primera vez caseta en la Feria, no se escondía al indicar que “yo estoy muy contento con este formato actual de la Feria. La presencia de arbolado y sombra ha provocado que se haya fomentado mucho más la feria de día, aunque yo creo que eso es algo que muchas veces es cuestión de mentalidad. Sé que nunca llueve a gusto de todos, pero para mi es el sitio ideal para esa feria de día”.
Por último, también destacaba el “gran ambiente familiar” que se está respirando en la caseta en el año de su estreno.
