La corta estancia de la cruz de Juan Pablo II sorprende a los rezagados

La cruz peregrina de Juan Pablo II y el icono de la Virgen María abandonaron en la tarde de este lunes San Fernando y lo hicieron con la sorpresa de muchos fieles que aún pensaban que por la tarde tendrían la oportunidad de acercarse para rezar ante la cruz o tocarla. Sea como fuere, el tardío horario en el que la cruz fue trasladada anoche desde el Carmen a la iglesia Mayor y en víspera de una jornada lectiva, hizo que pocos jóvenes acompañaran la cruz y que sí fueran por contra muchos mayores.

Durante toda la madrugada hubo grandes turnos de vela con el primer templo parroquial abierto de par en par, la mañana cobró de pronto alegría con la participación de los colegios.

Altamente participativa resultó la presencia de los colegios isleños, en especial de los religiosos o concertados. La cruz salió pasadas las 13,00 horas de la iglesia Mayor parroquial para ir hacia el convento de las Capuchinas, donde las monjas recibieron con alegría su presencia y la del icono. Tras unos momentos en el convento, se despidió en su partida a Vejer.

Son muchos los jóvenes isleños que esperan verla de nuevo en Madrid, cuando Benedicto XVI presida en agosto la Jornada Mundial de Juventud.