A falta de tres minutos para el final y con 2-1 a favor del Úbeda Viva, el colegiado se inventó un penalti que sólo él pudo ver
Úbeda Viva 2 Rtvo. Bailén 1
Era el partido esperado por todos y además coincidía con el final de la primera vuelta. El primer clasificado y líder en solitario de la Regional Preferente, el Úbeda Viva se enfrentaba al segundo clasificado, el Rtvo. Bailén, en un choque que podía dejar la liga sentenciada a favor del equipo ubetense. Al final de los noventa minutos el marcador reflejó un 2-2 que dejó las cosas cómo estaban al principio. Sin embargo, a lo largo del encuentro hubo dos grandes protagonistas, el tiempo y el árbitro. En una mañana totalmente desapacible y con mucho frío, hubo momentos para todo, para el agua, para los granizos e incluso para el agua-nieve. En estas circunstancias, los jugadores de ambos equipos tuvieron que dar muestras de su entereza y no dudaron en dejarse la piel sobre el césped. El otro protagonista del partido fue el colegiado linarense, Rascón Zambrano, que poco a poco fue minando la paciencia de los jugadores ubetenses, llegando a sacarlos de quicio cuando a falta de tres minutos para el final, señala un penalti en el área ubetense que sólo el pudo ver en su imaginación. No seré yo quien cargue las tintas sobre la actuación del árbitro, ya que como seres humanos, tienen derecho a equivocarse.
Lo que es incomprensible e inaudito, es que la equivocación se haga a posta. No hay excusa posible para que un jugador se deje caer limpiamente en el área y después de que pasen varios segundos, el trencilla de turno, señale el punto de penalti ante el asombro de propios y extraños. Una decisión de este tipo no se convierte en un fallo, pasa a ser una cacicada arbitral. Si además, sigues creyéndote en posesión de la verdad y terminas un partido cuando el equipo de casa iba a sacar un córner, sin dar opción al lanzamiento, das la sensación de "chulo" y de "perdonavidas". Si a todo esto, abandonas el terreno de juego, con tus dos jueces de línea, mientras que jugadores de ambos equipos y aficionados se entremezclan en el centro del campo en un intenso lío que tú has provocado previamente, es que eres un irresponsable. Así finalizó un partido en el que los jugadores de Úbeda Viva y Bailén fueron lo mejor y a los que sólo les faltó tener a alguien más responsable en el objetivo de impartir justicia deportiva.
El partido en sí, siempre estuvo dominado por el Úbeda Viva, si bien, su rival, el Bailén, dio la sensación de ser un buen equipo, armado defensivamente y sabiendo lo que hacía cuando tenía la posesión del balón. El equipo verdiblanco, comenzó con mucha velocidad y tocando el balón con sentido. Michel, pudo inaugurar el marcador a los dos minutos y ya poco más pudo hacer, ya que tuvo que retirarse lesionado a los veinticinco minutos. Llegó el gol del Úbeda Viva en un buen centro de Alfonso que Tote cabeceó al fondo de las mallas marcando el 1-0. La alegría del ubetense le llevó hasta la grada para celebrarlo con su compañero Zubi, que no pudo jugar por estar sancionado. Muy poco tiempo le duró la ventaja a los ubetenses ya que el Bailén logró empatar de inmediato gracias a un balón que Padilla se encontró en el interior del área.
Segunda parte
El Úbeda Viva salió tras el descanso dispuesto a deshacer el 1-1 y a las primeras de cambio, nuevo gol de Tote y otra vez de cabeza, aprovechando un buen centro de Paco Garrido. El campo cada vez se iba encontrando en peores condiciones, al balón le costaba rodar y era difícil hacer un buen juego. El Bailén pudo empatar en un centro chut que se fue envenenando hasta que impactó en el larguero. Ningún equipo se hacía con el control del esférico, no había un dominador nato y los minutos iban pasando. Un cabezazo de Paco Garrido junto al palo pudo ser la sentencia pero el guardameta visitante estuvo acertado desviando a córner. Faltando tres minutos para la finalización, aparece el colegiado inventándose un penalti que, aprovechó el Bailén para empatar el partido y dejar el 2-2 en el marcador.