Hay declaraciones que desde el mismo instante en que se hacen se saben sus consecuencias inmediatas, de lo que se deduce que se hacen a propio intento esperando esa reacción o bien son lapsus políticos de los que, en el mismo instante en que se terminan de hacer, se arrepienten de haberlas hecho. Y una de las dos cosas, posiblemente más la segunda, fue lo ocurrido en el último Pleno municipal cuando el alcalde de la ciudad, Manuel María de Bernardo, dándole el titular hecho a los periodistas, pidió un wikileaks sobre los polvorines de Fadricas y las supuestas intrigas de la Junta de Andalucía y el Ministerio de Defensa para dejar fuera del pastel al Ayuntamiento. Incluida la acusación de que allí lo que se querían hacer eran 3.000 viviendas, como se le escapó al delegado de Gobernación, Gabriel López Almagro, mirando para Punta Cantera.
Obviamente, ante una declaración así sobre un tema determinado, cada uno tiene una larga lista de asuntos de los que quisiera filtraciones a mansalva, sin necesidad de ser cribadas por los especialistas de algunos medios de comunicación “agraciados” con tal cantidad de información, y eso es lo que ha ocurrido sólo publicarse la noticia en internet y abrir el campo a las opiniones de los ciudadanos.
Y es que veinte años de gobiernos del mismo color dan para mucho, comenzando por el primer Pacto por La Isla en 1989 hasta el último pacto de los sillones que terminó el pasado mes de mayo y que ahora vive las consecuencias de las rupturas matrimoniales mal definidas, o sea, la tirada de platos que, no obstante, se está realizando de forma comedida habida cuenta de que son más los amagos que los lanzamientos.
En medio quedan los acuerdos de gobierno con los socialistas con la Diputación por medio y otras componendas políticas, aunque lo mejor del pastel estaría en las presuntas artimañas que se hayan puesto en marcha en organismos destacados en la época del ladrillo. Baste recordar que incluso un consejero de Esisa, el abogado Manuel Bernal, vendió terrenos a la empresa municipal siendo consejero de la misma, así como otros muchos ejemplos que, sin acusar a nadie, serían jugosos conocer desde la mala bilis de los protagonistas. En plan filtraciones, vamos.