Somos muchos a los que nos joroba los que sacan siempre tajada, sin aportar nada al puchero común y muchos más los que odiamos a los enchufados, a los dedócratas de media vida, que , encima, se nos aúpan a las espaldas, con regocijo y nos llaman de todo , empezando por lelos, trasnochados o soñadores de pamemas .
En Cádiz , una paisana, ha sacado pecho y ha apuntado, desentramando una operación jugosa , donde los títulos corrían a la par que el dinero, en una época donde la preparación no cuenta y sí la titulitis. Estamos ya hasta las narices de que nos timen con lo que sea , para sacar cuello , sin querer doblar el espinazo. Estamos hasta las trancas de que se pretexte la crisis , para hacerlo mal o peor y encima adinerarse con ello y lo que más rabia da, es que van por la vida de víctimas, no sé muy bien de qué A nadie le sorprenderá, ya ni de afuera, que diga que Cádiz está menguado por todo , menos por el paro , que, en eso, siempre vamos los primeros. Quizás, como suma de males generacionales, nuestros jóvenes no consiguen plaza ni de municipales y les arrebatan sus sueños, cualquiera venido de otras tierras.
Pero mira por donde surgió un salvador capaz de hacer sacar oposiciones , no con esfuerzo , ni empollar, ni quebrarse codos, que ya eso debe de estar muy manido, sino con el pelotazo, inspirado primero en series americanas, que fumaban como ceporros, para vendernos el vicio y regalarnos el cáncer de pulmón y ahora con disertaciones de marujillas y tontos del culo, en cualquier liturgia de debate que se precie, de las muchas televisiones privadas, nacidas como setas, tras la lluvia del dinero de los anuncios. Nuestros jóvenes, como les decía, buscan empleo, pero no lo encuentran y se sienten impotentes, pero como papá da dinerito y mamá trabaja en lo que sea, pues se han buscado la fórmula mágica de tener cursillitos hechos a domicilio, mas a domicilio que nunca , porque no tenían ni que pisar la academia , ni que hacer aquello tan antiguo y jodido, de presentarse a un examen y aprobarlo o saberse meramente unos temas , para que te den un diploma, sino que con aportar capital dinerario, ya les iba bien en la juerga y después a opositar ,como el amigote de la denuncianta, que se quedó compuesta, estudiada y sin oposiciones, y el amiguete, gracias a los cursos fraudulentos, fichando todas las mañanas y dentro, a base de marronear los diplomas y zancadillear a muchos. Qué quieren que les diga, que no me extraña nada y esta vez no va a ser por las muchas autocríticas a nuestro carácter gaditano , más proclive a las juergas que a las empolladas, que me niego a verlo así, será porque soy imbécil de cuna, llamenme , genuinamente gaditana, y creo que servimos para deslomarnos en cualquier rincón del mapamundi y que podemos hacerlo igualmente en nuestra tierra, lo que pasa es que nos hemos acostumbrado a medrar , a que nos suban las notas en los colegios privados , para llegar con más altas calificaciones a selectividad, nos hemos acostumbrado a que un determinado diplomita, equivalga a trabajo seguro, partiéndose los riñones papá pagando y no el nene o la nena estudiando y nos hemos acostumbrado-sobre todo- a vivir del cuento de las subvenciones y las becas y las maritatas , para no hincar, no ya los codos o los dientes, sino los pies, que nos llevan al camino seguro a nuestro futuro.
Conozco demasiados jóvenes gaditanos que se echan horas enteras currando deslomados, en redacciones de periódicos de poca monta; horas y horas, de pie, en peluquerías , con el secador por montera y los riñones desbandados; en universidades , becados mileurísticamente y en museos y hospitales, contratados por onomatopéyicas minusvalías dinerarias, para que estas cosas no me duelan, que tengo hijos, puñeta y les digo que sigan las reglas , no ya Queensberry, sino de la sensatez, el esfuerzo y el trabajo limpio, pero miren por dónde que me he dado cuenta de que estoy gagá y no canto nada , ni me visto con despojos , pero el tiempo se me ha ido, como la arena entre los dedos y lo que ahora viste son las tramas, los timajos y la pillería, para llegar como sea, y a los que no concibamos eso, nos tratan como amarillos perros, pero oigan, de momento, nosotros vamos derechos , con la cara levantada y sin diploma fraudulento.