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Sábado 29/06/2024  

Carlos Edmundo de Ory deja a Cádiz su herencia

Fue, es y será uno de los poetas más singulares y heterodoxos del panorama literario español. El escritor gaditano falleció ayer a los 87 años de edad en la localidad francesa de Thezy-Glimont donde residía desde 1955

  • El escritor fue nombrado Hijo Predilecto de Cádiz en 2005. -
  • Su legado literario será depositado en el Centro Cultural Reina Sofía a través de una fundación
  • Cedió varios documentos a la Caja de las Letras del Instituto Cervantes que no poderá abrir hasta 2022
“Un servidor de ustedes, es un gaditano de la capital, nacido a pocos metros del mar, en una casa solariega de la alameda Apodaca. El mar o la mar es mi abuelo y mi abuela, Cádiz mi madre y España mi tía, Europa es mi suegra, el mundo mi tatarabuelo y el universo mi familia entera”. Así se presentó Carlos Edmundo de Ory a sus paisanos en una gélida noche de febrero del año 1983 ante decenas de paisanos que ansiaban escuchar su surrealista pregón de Carnaval.

Fue, es y será uno de los poetas más singulares y heterodoxos del panorama literario español. El escritor gaditano falleció ayer a los 87 años de edad en la localidad francesa de Thezy-Glimont donde residía desde 1955.
El carácter personalísimo de su solitaria aventura vanguardista, siempre a contracorriente de las tendencias dominantes, se ha traducido en un alejamiento voluntario de la fama y, sobre todo, en una de las obras más complejas y valiosas de la poesía española del siglo XX.

Fundador en la década de los años cuarenta del movimiento poético postista, su experiencia literaria creó un puente entre las vanguardias históricas anteriores a la Guerra Civil y las posteriores, como el experimentalismo de los años 70. De Ory fue un artista difícil de etiquetar, ya que también sobresalió como espléndido sonetista, poeta metafísico y del amor, revisor de la poesía del Siglo de Oro y heredero directo del surrealismo francés.

Poeta desgarrador
Carlos Edmundo, hijo del poeta modernista Eduardo de Ory, también cultivó las facetas de ensayista, epigramista y traductor. Afincado en Francia desde la década de los 50, entre sus libros destacan Los Aerolitos, Miserable ternura, Técnica y llanto y la antología Música del Lobo (2003). En ellos combina la audacia expresiva y la voluntad de experimentación con la ternura y la introspección en el ser humano.

La crítica especializada ha subrayado el carácter telúrico y desgarrador de su poesía, que hunde las raíces de su inspiración en las profundidades más deshabitadas del alma humana. Él mismo lo reconoció en uno de sus poemas: Algunos lloran leyendo mis versos/ y sienten frío en los huesos/ Todo lo que escribo es hondo/ pero no hablo de ataúdes. Irónico, jocoso y sarcástico, prometió hacer sonetos desde la tumba. Murió en su residencia de Francia, como quería, y Cádiz entero se vistió de luto para despedir a uno de sus Hijos Predilectos desde 2005.

Luto oficial
Las banderas del Palacio Provincial y de otros edificios dependientes de Diputación ondearon ayer a media asta en señal de duelo por el fallecimiento de Carlos Edmundo de Ory, poeta y escritor que también fue reconocido por la Institución Provincial con el título de Hijo Predilecto de la Provincia el 19 de marzo de 2003.

Nunca se olvidó de Cádiz, ni siquiera durante su exilio, y en los últimos años mostró un profundo interés en reencontrarse con su ciudad natal. Prueba de ello es que hace unos meses cedió a la ciudad su importante legado. Para ello se mantuvieron numerosos contactos entre el escritor y su familia y la alcaldesa. El pasado 8 de octubre la Junta de Gobierno Local aprobó la cesión de un espacio de la segunda planta en el Centro Municipal Reina Sofía para albergar la futura Fundación Carlos Edmundo de Ory, que será presidida por la mujer del poeta, Laure Lachéroy, ya que la alcaldesa propuso al poeta gaditano que fuera a través de esta fundación cómo se hiciera la cesión de su legado a la ciudad.

Hoy las banderas del Ayuntamiento también ondearán a media asta en señal de luto por el dolor que ocasionado la pérdida de uno de los hijos más ilustre de esta ciudad trimilenaria.

Carlos Edmundo de Ory tampoco se olvidó nunca del Carnaval de su querida Cádiz, fiesta que llegó a pregonar en 1983, regalando un texto polémico que fue muy criticado por muchos por su remarcado carácter surrealista, como si el Carvanal fuera otra cosa distinta. El poeta hizo acto de presencia en la Plaza de San Antonio bajo la protección de Mefistófeles. “El carnaval, definido por mí”, dijo Carlos Edmundo de Ory, “es la inquietud humana más inquietante que nunca. No hay que gastar saliva predicando la necesidad urgente de felicidad humana, en este mundo infeliz. Hay que crearla. Esto es lo que nosotros hacemos una vez por año, y pare usted de contar.

Pero lo hacemos en grande y perdura en la memoria. Aunque sea felicidad cronometrada a golpe de almanaque, ¡que importa!. No deja de ser una experiencia social de primer orden”. Su espíritu libre salta en un momento de su pregón alertado: “¿Orden he dicho?. Bueno. Nos damos cuenta, una vez por año, que el mundo es desorden, y nosotros nos ponemos a ordenar el desorden”.

Homenaje
La delegada provincial de Cultura de la Junta en Cádiz, Yolanda Peinado, manifestó también su pésame por el fallecimiento del que también es Hijo Predilecto de Andalucía desde el año 2006. En su intervención, el 28 de febrero de aquel año, reivindicaba “su lenguaje andaluz, sus terrones de azúcar y sus montones de sal”. Por todo esto, la delegada de Cultura ha anunciado su intención de preparar un homenaje al poeta en colaboración con el Ayuntamiento de Cádiz y la Diputación provincial y en coordinación con la familia del escritor.

El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, también lamentó “esta enorme pérdida”. Griñán transmitió su “más sincero pésame” a la familia del poeta, y ensalzó la intachable trayectoria profesional del escritor.

Carlos Edmundo de Ory, fundador del movimiento literario conocido como Postismo de influencia dadaísta y surrealista, que el propio autor calificó como de “locura controlada” frente a “escritura automática”, una poesía basada en las invenciones verbales y en un espíritu visionario.

En 1955 se traslado a París, donde creó en Amiens el Atelier de la Poesie Ouverte (APO), basado en la creación colectiva mediante reuniones y discusiones con grupos de oyentes y aficionados. Escritor de humor y disparate, De Ory escribió y dijo Yo soy andaluz, el que anda con luz.

Por su parte, la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel aseguró que el escritor gadtiano ha sido “el rebelde por excelencia de la poesía española” de la segunda mitad del siglo XX. En esta misma línea, recordó que Ory fue la cuarta personalidad del mundo de la cultura que cedió un legado a la Caja de las Letras del Instituto Cervantes. “Nos pidió que el contenido no se revelara hasta el año 2022. Cumpliremos su voluntad”.

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