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El Loco de la salina

El tiempo huye

Hay quien dice que el tiempo no pasa, que los que pasamos somos nosotros

Publicado: 07/01/2024 ·
17:53
· Actualizado: 07/01/2024 · 17:53
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Autor

Paco Melero

Licenciado en Filología Hispánica y con un punto de locura por la Lengua Latina y su evolución hasta nuestros días.

El Loco de la salina

Tengo una pregunta que a veces me tortura: estoy loco yo o los locos son los demás. Albert Einstein

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Esta breve frase en latín Tempus fugit preside el frontal del viejo reloj de pared que tenemos aquí en el manicomio. Traducida al cristiano Tempus fugit significa que el tiempo huye como alma que lleva el diablo. Y es verdad de la buena, de las que no dejan lugar a dudas. Ya se han acabado por fin todas las fiestas de Nochebuena, de Navidad, de Año Nuevo y de Reyes. Los bolsillos, que son los grandes sufridores de esta cascada de fiestas, no paran de pedir tregua a sabiendas de que ya está ahí el comecoco de las rebajas.

Tanto huye el tiempo, que ya tenemos encima el carnaval con sus papelillos, y, cuando vengamos a darnos cuenta, nos asalta el incienso de la semana santa, para desembocar a continuación en las calores del verano, la playa…Y del tirón el otoño va soltando sus hojas secas como alfombra que nos conduce de lleno otra vez a la Navidad y vuelta a empezar. Hay quien dice que el tiempo no pasa, que los que pasamos somos nosotros. Las dos cosas son verdad, pero en el manicomio tenemos un almanaque que no engaña y que con sus días tachados en rojo nos recuerda que esos no volverán por mucho que nos empeñemos.

Para colmo, este domingo, este loco cumplió la tira de años. No pienso decir cuántos, porque prefiero que los lectores que me aprecian deduzcan por el contenido de mis escritos, que en definitiva es lo más importante, cómo funciona el cerebro de este loco. Nadie podrá dudar que los cumpleaños son días dedicados a recordar el número de vueltas que ha dado la Tierra alrededor del sol desde que uno vino al mundo. El tema no tiene tanta importancia, porque poco le importa al universo que la Tierra dé una vuelta más o menos. Además, son tantos años los que cumplo, que ya he perdido la cuenta.

Uno se siente joven, pero no deja de comprender que estas carnes van sufriendo el paso del tiempo. Uno se molesta de alguna manera cuando algún joven lo pone de viejo, pero no se me quita de la cabeza el Quijote de Miguel de Cervantes, cuando en el Prólogo de la segunda parte afirma: Lo que no he podido dejar de sentir es que se me note de viejo y de manco, como si hubiera estado en mi mano haber detenido el tiempo, que no pasase por mí… Y dice más adelante: …y hase de advertir que no se escribe con las canas, sino con el entendimiento, el cual suele mejorarse con los años.

No sé si he mejorado con el tiempo, pero en todo caso, quiero dejar claro que los avances de la ciencia han hecho posible que este loco, a pesar del desgaste de sus células grises y del resto de células que componen este gastado cuerpo, haya salido a flote, aunque siga ingresado en este manicomio. Si me curaran también de esta locura que me atosiga, estaría ya al completo. Sin embargo, no me puedo quejar. Hay gente peor, por ejemplo el Cádiz. Por otra parte, cuando me felicitan el día de mi cumpleaños y me desean que cumpla muchos más, me quedo pensando en que no me quiero ver como una pasita en cualquier rincón de la casa o de algún hospital esperando a la fea.

Un día como hoy recuerdo especialmente a mis padres, porque mi madre, no sé cómo lo hizo, consiguió retrasar el parto unos días, con lo que mi padre pudo seguir vendiendo en esas fechas de buenas ventas hasta que pasaron los Reyes y nació el que todavía se considera joven de espíritu, digan lo que digan los demás.


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