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Andalucía

La miopía afecta al 32% de los adolescentes andaluces, por encima de la media nacional

El estudio concluye con una lista de motivos por los que los menores no deberían usar pantallas antes de los 7 años

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La miopía afecta al 32,2 por ciento de los adolescentes andaluces de entre 12 y 18 años, por encima de la media nacional, situada en el 29,6 por ciento.

Así consta en el estudio 'El estado de la salud visual de los adolescentes en España' de la asociación Visión y Vida, e impulsado por la Fundación Mapfre y Correos Exprés, presentado este miércoles y que extrae conclusiones de las comunidades de Cataluña, Murcia, Comunidad Valenciana, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Andalucía, Galicia, Aragón y Madrid, debido a la alta representatividad en la muestra.

En España, el promedio de adolescentes que creen que ven mal o podrían ver mejor ronda el 55,4 %; el 36,2 % necesita gafas o lentillas y el 29,6 % es miope.

Respecto a ese promedio de adolescentes que cree que podría ver mejor (55,4 % de media nacional), Cataluña supera el promedio español, con un 61 % de jóvenes que piensa que podría tener mejor visión, al igual que la Comunidad Valenciana (56,1 %) y Andalucía (55,7 %).

Preguntados por la miopía, que en España afecta al 29,6 % de los jóvenes de entre 12 y 18 años, Andalucía está por encima de la media nacional, con el 32,2 %, seguida de Castilla-La Mancha (31,9 %), Comunidad Valenciana (31,6 %) y Cataluña (30 %).

Uno de cada tres adolescentes españoles de entre 12 y 18 años es miope y a la mitad de ellos les ha subido la graduación dos dioptrías de media en los últimos cinco años, si bien llaman la atención los miopes "magnos", aquellos que superan las seis dioptrías, cuyo porcentaje ha pasado del 1,3 al 8,2 %.

El estudio evalúa 4.420 revisiones visuales hechas durante la campaña 'Ver la vida en 4K' realizada en septiembre y octubre de este año, y la evolución miópica de 763 adolescentes de 12 a 18 años entre 2017 y 2022.

El informe, presentado por el presidente de Visión y Vida, Salvador Alsina, subraya que la miopía "magna" puede derivar en ceguera, desprendimientos de retina u otras enfermedades graves y achaca esta evolución miópica "cada vez más fuerte" a los hábitos de vida actual: uso de pantallas, poco tiempo de ocio en el exterior y uso del móvil a oscuras antes de acostarse.

La médica de Salud Laboral y directora de la Fundación Mapfre, Eva Arranz, ha explicado que la campaña realizada en colaboración con centros educativos quiere hacer llegar a los jóvenes estudiantes la importancia de cuidar la visión, y ha subrayado que "lo que más preocupa" es ese desplazamiento generalizado hacia las dioptrías más altas.

En los años analizados, las dioptrías han aumentado en casi dos de media, de 1,5 en 2017 a 3,4 en 2022. Para la coordinadora de Visión y Vida y optometrista, Elisenda Ibáñez, esta evolución activa las alarmas ya que el 10 % de los miopes con más de 15 dioptrías termina en ceguera y el 60 % con desprendimiento de retina.

Según el estudio, el 66 % de los adolescentes usa el teléfono móvil a oscuras antes de acostarse y el 42 % tiene dolor de cabeza tras un tiempo de estudio.

Además del dolor de cabeza, la sintomatología más percibida en uno de cada tres jóvenes tras un tiempo de estudio es la sequedad ocular, la visión doble y la dificultad para fijar la vista.

Y es que el 31 % de los jóvenes con sintomatología visual confiesa ver borrosa la pizarra, un 35 % entrecierra los ojos para ver de lejos y el 25 % se tapa un ojo para ver mejor.

El estudio concluye con una lista de motivos por los que los menores no deberían usar pantallas antes de los 7 años.

Así, informa de que mirar una pantalla requiere mucho esfuerzo de convergencia que es contraproducente para un sistema visual inmaduro y la visión prolongada de pantallas hace que el cerebro asuma que su mundo visual es plano.

Añaden los optometristas que el uso de pantallas y la falta de ocio al aire libre son factores que favorecen la miopía y la exigencia de la pantalla muy cerca de la cara limita los movimientos oculares y reduce la frecuencia de parpadeo, lo que provoca falta de hidratación ocular, irritación visual y molestias. 

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