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Curioso Empedernido

Encuentros y desencuentros

Desgraciadamente en la política actual, asistimos a más enfrentamientos que acuerdos, a más desencuentros que encuentros, a no ser capaces de dialogar

Publicado: 26/10/2023 ·
13:21
· Actualizado: 26/10/2023 · 13:21
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  • Juan Antonio Palacios. -
Autor

Juan Antonio Palacios

Juan Antonio Palacios es observador de la conducta humana, analista de la realidad y creador de personajes literarios

Curioso Empedernido

Curioso empedernido. Curioso de las tres pes, por psicología, la política y el periodismo, y alérgico a las fronteras y murallas

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Desgraciadamente en la política actual, asistimos a más enfrentamientos que acuerdos, a más desencuentros que encuentros, a no ser capaces de dialogar y mucho menos de entender que los otros nos pueden enseñar algo. En esta atmósfera de crispación, pierden demasiado tiempo en cosas inútiles.

A toda velocidad, no sabemos muy bien adonde nos quieren llevar, y no guardan un equilibrio entre pisar el acelerador o poner el freno en un desequilibrio que provoca demasiados juguetes rotos, entre ruidos y ausencia de ideas, iniciativas y proyectos.

En la teatralización de la política de la mentira, nos encontramos con demasiados actores sin rumbo o vendiendo su alma al diablo. Echamos de menos que muchos se pregunten si sus actuaciones van a ser beneficiosas para la comunidad o solo van satisfacer a sus intereses personales.

Vivimos unos momentos complicados y difíciles, en los que más que nunca es necesario que inyectemos una nueva vida a la democracia, que nos obliga a transformar nuestra cultura política y esforzarnos entre todos y todas, en encontrar lugares de encuentro y ser capaces de subir el nivel del debate y el valor de la palabra para aprender a escuchar a aquellas personas con las que no estamos de acuerdo.

Tenemos que reconocer el concepto de dignidad en el trabajo, que la vida en nuestro entorno aumente la visibilidad de los discrepantes en el que ha de primar la convivencia y el pluralismo, así como el respeto ciudadano entre concepciones muy distintas, y que por genial que alguien se crea, ha de convencerse que nadie prospera solo y el éxito es una cuestión de equipo.

Vemos con perplejidad, que hay quienes no admiten que su tiempo ha pasado y que ahora ni son los que deciden ni tienen el foco sobre ellos, que siempre hay momentos en nuestras vidas para saber dar un paso atrás y preguntar que podemos aportar, pero no querer seguir imponiendo sus ideas y opiniones.

Tal vez si escucharan a los demás con atención y no aburrirnos con disparates, chifladuras y tonterías, se les abrirían nuevas perspectivas y probablemente se enriquecerían como seres humanos. Claro está que para ello deben defender lo que piensen y luchar por lo que sienten. Como bien dice el escritor y Director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, que “tenemos una derecha que siempre le hace daño a España”.

En esta filosofía de las confusiones y maquillajes que empujan a la desencuentro, dos de las cosas más preocupantes, son el considerar el rival político, no como tal, sino como enemigos e igualmente peligroso, es situar también en este bando a los teóricos compañeros y aliados que no dicen amen a todo lo que ellos opinan y quieren seguir manejando los hilos desde las bambalinas.

Si nos callamos seremos cómplices y si nos movilizamos tendremos las de ganar, y nos vacunaremos contra las extorsiones, los chantajes y despersonalizaciones. Hemos de fortalecer en nuestros comportamientos la ética y ante la exigencia de lo inmediato, hemos de animar a la gente joven a que aprendan a pensar a medio y largo plazo, ya que los tiempos cambian y nosotros no podemos quedarnos permanentemente en la retaguardia sino que procurar situarnos en la vanguardia.

No se puede ir por la vida arrollando a la gente, porque desde la soberbia de las posesiones, de quienes creen ser poseedores de la única razón, sin darse cuenta que no hay que confundir la crítica política con la violencia verbal, faltando a la verdad porque nuestros argumentos coinciden casi siempre con la mentira.

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