El nuevo aulario de la calle Alseda cuenta con los beneplácitos, salvo que no tiene material didáctica para consultar.
casi todos los estudiantes temen la llegada de septiembre, y no sólo porque comienza el curso para los escolares, sino porque vuelven los temidos exámenes de recuperación para los que les han quedado algunas asignaturas del curso anterior. Para muchos de estos estudiantes el curso no acabó en junio o julio, sino que ha continuado durante todo el verano en las aulas de estudio.
La mayoría de los estudiantes de Bachillerato y, sobre todo universitarios a los que le ha quedado alguna asignatura para septiembre, llevan desde finales del mes de julio preparándose las pruebas que les permitan recuperar las materias que quedaron pendientes. Muchos de estos estudiantes afirman que necesitan un entorno de estudio en el que todo el mundo esté en silencio para poder concentrarse y estudiar y que en verano ese entorno es muy difícil de encontrar en casa. Es por esto por lo que la mayoría de los estudiantes isleños prefieren hacer uso tanto de las bibliotecas como del aulario que el Ayuntamiento ha puesto a disposición de todos los estudiantes desde el pasado 10 de mayo.
La mayoría de los estudiantes que acuden al aulario y a las bibliotecas a estudiar opinan que las instalaciones están bastante bien y que es una oportunidad que se ha puesto a su disposición que se ha convertido durante este verano en una herramienta más de estudio. Muchos afirman que en años anteriores tenían que trasladarse hasta las facultades de Cádiz si querían estudiar por las tardes o los fines de semana, y que esta iniciativa de poner en marcha este aula de estudio es una buena forma de potenciar que haya más y mejores estudiantes en La Isla.
Poco espacio
Sin embargo, muchos estudiantes han declarado que aunque las instalaciones en sí estén bastante bien porque hay aire acondicionado y buenas comodidades para que se cree un buen entorno para el estudio, hay una serie de carencias que se podrían haber suplido o abriendo más bibliotecas o haciendo un aulario con mayor capacidad.
La principal demanda de los estudiantes es que el aulario construido recientemente tiene una capacidad para unas 70-80 personas, y sin embargo, hay cientos de estudiantes en la ciudad que demandan este lugar de estudio. Algunos estudiantes no entienden porque cuando se abre el aulario cierran las bibliotecas y cuando abren las bibliotecas cierra el aulario. De esto modo, interpretan los estudiantes, se limita mucho los espacios y se da la situación de que si algunos estudiantes llegan cinco minutos más tarde de la apertura del aulario o la biblioteca pueden quedarse sin sitio y tener que irse a casa. “Yo he venido durante muchos días del mes de agosto a las cuatro y cinco y el aulario abre a las cuatro, y a esa hora había mucha más gente de pie que sentada, por lo que la mayoría de la gente nos hemos tenido que volver a nuestras casas”, declara Anabel Otero, estudiante de Trabajo Social. Tanto Anabel como otros estudiantes no entienden porque no se abren más bibliotecas para que haya espacio suficiente para estudiar, además reclama que ya que el aulario es de reciente construcción se podría haber planteado con una mayor capacidad.
Otra demanda que se repite bastante entre los estudiantes es que en el aula de estudio de la calle Onofre no hay material didáctico de apoyo para aquellos estudiantes que quieran completar apuntes. Muchos echan en falta diccionarios o enciclopedias, también afirman que serían necesarios libros específicos de varias materias que en un momento determinado sirvan como manuales.