Como cada año, tal día como hoy, se tiene la oportunidad de reflexionar sobre el sentimiento hispano. Mal le pude ir a cualquiera que no le tenga un apego a su tierra, a sus gentes y a su cultura. Sin embargo esta efeméride suscita confrontaciones que conviene conocer y valorar. Quienes se empeñen en resaltar todo lo que consideran negativo, relacionado con la historia de España, se excluyen voluntariamente de sentir la conexión con los millones de personas que han vivido y están viviendo y vivirán en el futuro el profundo sentimiento de formar parte, aunque esa parte sea minúscula, de la hispanidad. También hay quienes se concentran exclusivamente en la vivencia de una “españolidad” antagónica con el mundo mundial. A modo de hinchas forofos de un club deportivo no alcanzan a percibir el gran sentido de humanidad “global” que la hispanidad conlleva. Porque la hispanidad contiene miles de acontecimientos y verdaderos hitos como por ejemplo las leyes de Indias, las de Burgos, Valladolid… las primeras que consideraban a las gentes indígenas americanas como iguales a las gentes de Castilla. Nunca antes en la historia de la humanidad se ha conocido que un pueblo invasor reconociera como iguales a los invadidos. Los abusos, crímenes contra la humanidad, que se desarrollaron a lo largo de la conquista-exploración de las nuevas tierras fueron obra de los mismos filibusteros que ninguneando la ley cometieron y siguen cometiendo toda clase de desmanes. Responsabilidades tuvo la Corona de Castilla sin duda, porque a pesar de encargar, a filósofos y juristas eminentes, la redacción de las leyes, luego no pusieron los medios para hacerla cumplir en toda su extensión. Y algo se intentó sin duda. La historia de la Conquista – Descubrimiento de la América hispana está transida de medias verdades, verdades ocultadas, mentiras que pretenden justificar posiciones negativas con respecto a la Hispanidad. Quienes comprenden que la historia de esta realidad hispana está transida de luces y sombras no tienen el menor problema en asumirla en su globalidad. Porque en esa historia han existido miles de villanos, forajidos, genocidas, dictadores, por un lado y millones de buenas gentes por el otro. La resultante cultural, que en este día se celebra, es la prueba de que esta generación asume su presente sin complejos. Mucha leyenda negra no ha podido oscurecer la luz y la generosidad de quienes se han sentido hermanados en la pertenencia a una realidad histórica llamada España que no tiene la menor reserva de ampliarse a la Hispanidad. Así de esta forma quien nace en Colombia, Argentina, … en cualquier nación que comparta esa cultura, y en cualquier parte la península ibérica forma parte de la familia hispana. La Hispania romana así estaba configurada. Por qué desde oscuros rincones ideológicos se pretende que si una persona asume profundamente el ser andaluza, o catalana, no pueda experimentar al mismo tiempo su vinculación a España y en ese mismo instante se sienta una más de los 500 millones de hispanohablantes y sin duda también de los 8000 millones de seres humanos que habitarán en breve el Planeta. Los bastardos intereses económicos (fundamento del poder) siempre están al acecho de dividir, de separar y confrontar para echar a pelear a los pueblos. Quienes se han aprovechado de estos, tanto en la península ibérica como en otros continentes, han utilizado el veneno anti-español para alimentar los nacionalismos independentistas. Y las gentes del pueblo, que han sido intoxicadas ideológicamente por ellos, les han comprado aquello de que “España nos roba”. Toda la mal llamada “independencia americana” está transida de cúpulas de poder que con la sangre del pueblo han amasado sus fortunas. Durante toda la primera mitad del siglo XIX, las grandes fortunas han sembrado de cadáveres, en las llamadas luchas por la “independencia”, la tierra americanas españolas. Ocultaban decirle al pueblo indígena, que era la aristocracia criolla la que los haría “dependientes”. Que en realidad la lucha por la independencia americana no fue otra cosa que un cambio de amos. En España, cuando faltó parte de los beneficios americanos, fueron las aristocracias autóctonas las que fomentaron las guerras dinásticas. Estos terribles acontecimientos se cuentan en los libros de historia que, dicen, pretenden formar el pensamiento de las nuevas generaciones, como guerras Carlistas, o africanas –Marruecos-. Los vencedores (los que mandan) se reparten los beneficios. El pueblo se reparte el dolor porque pone la sangre. Hace nada se conmemoraba el desastre de Anual. Aunque el 12 de octubre puede enfocarse de formas muy dispares, siempre existe la posibilidad de vivir la hispanidad como un recordatorio de la necesidad de ese hermanamiento de todas aquellas personas que comparte la misma lengua y una parte de esa gran cultura global. De esta forma se conjuran todos los “dependentismos”
Fdo Rafael Fenoy