¿Por qué podrían negarle una beca para estudiar a una persona que cumple los requisitos? ¿Por qué sus compañeros le tendrían miedo? ¿Por qué el médico haría como si no estuviera en la consulta y hablaría con su acompañante? Son situaciones que José Luis ha vivido en su propia piel. Él sabe la respuesta, pero exige que deje de ser así.
"Nosotros queremos que se nos trate como personas", reivindica en una conversación con EFE José Luis, madrileño de 59 años, consciente de que la manera diferente que tiene el mundo de verle y de relacionarse con él se debe a su enfermedad mental.
Como él, sufren esos comportamientos personas sin hogar, con problemas de salud mental, con discapacidad, con daño cerebral, con trastornos de conducta alimentaria, familias en riesgo de exclusión social, o incluso ancianos y niños.
El equipo de la cátedra Contra el Estigma de la Universidad Complutense de Madrid y Grupo 5 ha recopilado en "El Libro de Microestigmas" 35 situaciones estigmatizantes, como las vividas por José Luis, tal cual las compartieron sus protagonistas.
¿Qué es un microestigma?
Según define el propio libro, presentado la semana pasada en Madrid, los microestigmas son comportamientos "sutiles, automatizados, casi imperceptibles, que resultan estigmatizantes" aun cuando se hacen "con buenas intenciones, sin el objetivo expreso de excluir a nadie".
Se trata de "pequeños comentarios, chistes, comportamientos no verbales que mantienen y profundizan el estigma".
Por ejemplo, hablar de forma infantil a una persona adulta solo porque tiene una discapacidad o asumir que una persona con un trastorno psicológico no podrá estudiar o trabajar normalmente.
En principio se recabaron más de 150 experiencias de personas y familiares a través de formularios. Muchas de ellas eran repetidas o muy parecidas entre sí y se han ilustrado mediante un solo ejemplo.
¿Qué es ser normal?
"Hemos normalizado que haya una sola forma de ser" y que todo lo que se salga de esa normatividad sea el blanco fácil de los estigmas que hay "por todas partes", cuestiona la ilustradora Ana Belén López, más conocida como Domm Cobb, cuyas viñetas llenan las páginas de "El Libro de Microestigmas", disponible de forma gratuita en el apartado de materiales de la página web de la cátedra (contraelestigma.com).
La mayoría de los protagonistas del cómic quisieron aparecer con pseudónimo, "conscientes del rechazo que genera, por ejemplo, tener una enfermedad mental", explica a EFE Susana García-Arias, miembro del equipo de la cátedra y directora de la residencia Grupo 5 de atención a personas con problemas de salud mental de Cobeña (Madrid).
"Nadie sabe que tienen una enfermedad mental y quieren que siga siendo así porque saben que el comportamiento hacia ellos cambiaría. Saben que corren el riesgo de quedarse sin amigos, de que cuando les miren vean la enfermedad mental y no les vean a ellos", añade García-Arias.
"El Libro de Microestigmas" no pretende ser un manual, sino más bien una invitación a la reflexión sobre comportamientos discriminatorios que todos reconocemos y que deberíamos corregir, describe Sara Sáinz, coordinadora del libro, durante su presentación.
Y, además de la reflexión -ya se encarga Domm Cobb de repetirlo en sus páginas-, el cómic persigue otro objetivo: "¡Abajo el término 'normal'!".
La experiencia de José Luis
José Luis denuncia que se sintió "desplazado" por su enfermedad mental durante un curso de jardinería: "Me apartaron y me temieron, me sentí desplazado y muy mal, e incluso fui objeto de burlas", cuenta a EFE.
Por la misma razón le negaron una beca para realizar otro curso, esta vez de reparación de calzado, una situación que ya sobrepasa la línea del micro para convertirse en macroestigma, apunta García-Arias, porque es una vulneración de derechos.
Además, José Luis se reconoce en otras de las vivencias ilustradas en el libro: "Cuando voy al médico acompañado por alguien, el médico habla con el que llevo al lado, no me pregunta a mí directamente, como si la persona que viene supiera de mi sintomatología más que yo mismo", reprocha.
Menos microestigmas, más respeto
Los microestigmas, en definitiva, son comportamientos que pueden pasar desapercibidos para algunos y, a la vez, hacer mucho daño a otros. "La persona que los tiene no es consciente, pero la que los recibe sí", resume García-Arias.
Por eso, en varias de las viñetas, además de una explicación clara de por qué dicha acción es reprobable, hay un espacio en blanco para la reflexión, para que el lector piense una "alternativa respetuosa" y un "cambio de mirada" hacia la "normalidad".
El formulario mediante el que Sara Sáinz y el equipo de la cátedra recabaron las experiencias acababa precisamente con la pregunta "¿cómo te habría gustado que te hubieran tratado?".
"El denominador común de todas las respuestas es el respeto", resuelve Sáinz. Lo mismo, dicho con otras palabras, que el deseo de José Luis: "Que se nos trate como personas".