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Miércoles 08/05/2024  

Desde la Bahía

Tropezar con la nueva Babel

La torpeza es propia de quien no ama lo que precisa hacer, ni tiene voluntad alguna de hacer lo que debe

Publicado: 20/08/2023 ·
19:00
· Actualizado: 20/08/2023 · 19:22
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Autor

José Chamorro López

José Chamorro López es un médico especialista en Medicina Interna radicado en San Fernando

Desde la Bahía

El blog Desde la Bahía trata todo tipo de temas de actualidad desde una óptica humanista

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Se lo oía decir con una cierta frecuencia. La voz era la de mi profesor de la entonces llamada "Ciencias Cosmológicas". Su ironía tenía la justa tilde que daba carácter a la expresión: "El hombre es el único animal que tropieza dos veces en el mismo camino". (Ahora diríamos el "ser humano" para no despertar controversias feministas").

Se tropieza en el mismo camino bien por torpeza, ignorancia o pereza. La torpeza es propia de quien no ama lo que precisa hacer, ni tiene voluntad alguna de hacer lo que debe. La ignorancia es una especie de "fobia" a incluir dentro del conocimiento, nuevas perspectivas. La pereza con ser un pecado capital, ya lleva incluida su penitencia, una carga despreciable a día de hoy.

La maldad existe - si no qué valía tendría la bondad - y quizás dos de sus brazos principales sean, el narcisismo - en el sentido de estar enamorado de sí mismo - y la soberbia, cuyo dedo índice solo señala imperativo, dominio y represión, confirman su presencia mundana.

El andar dos veces el mismo camino pedregoso, obligando a pisar la misma senda a los que tienen el deber de seguirle, es exponer al tropiezo - a sabiendas y alevosamente - a todo un pueblo, que puede llegar a sufrir un traumatismo severo e irreversible.

Ya estamos en puertas de volver a vivir, durante un cuatrienio, un segundo "gobierno frankenstein" es decir un nuevo gobierno de partes tan diferentes y de finalidades tan dispares y mórbidas, que al contrario del "monstruo" no se aúnen, sino que fragmenten de modo definitivo, la unidad que cinco siglos avalan y los ciudadanos observamos atónitos, como la llave de esta coalición que abre el camino hacía el poder está en manos de personas cuya cualificación todos conocemos. Es tropezar dos veces en el mismo camino, pero a conciencia, sin ignorancia, sino con el deseo personal y de grupo, de seguir siendo cabeza visible, al precio que sea y genuflexionándose ante quien nos hace trompicar.

Un día o mejor una época muy lejana, el "libro sagrado" nos relata que la soberbia y el narcisismo que antes he referido llevaron al ser humano a querer construir una edificación - la torre de Babel - con la firme voluntad de querer alcanzar el cielo y por lo tanto a Dios, poniéndose a su nivel, aboliendo las diferencias entre lo divino y lo humano, pero hubo una gran difusión del idioma, la lengua única que la humanidad hablaba en aquel tiempo y al faltar entendimiento entre la pala y el pico, el albañil y el maestro de obras, fue en el suelo, en vez de en cielo, donde acabaron los materiales de construcción. Necesitamos que nuevamente Dios nos libre de tanto profeta y padres de la patria.

España es diferente, quién lo duda, por eso en su superficie se dan los más inverosímiles sucesos. Ahora nos toca vivir el "error de la Babel", nuestra particular difusión de las lenguas qué sin respeto a la Carta Magna, dios esencial en las relaciones de nuestras comunidades, intentan y ya consiguen que sean  tan múltiples las formas de expresión gramatical, como equivocas para el ciudadano, que ve descender y rendirse su idioma oficial, al imperativo regional, siendo el español la cuarta lengua más hablada universalmente.

Todo, sin embargo, sería posible y plausible si no fuera por la impresión caricaturesca, es decir la ausencia de seriedad y con rasgos faltos de sentido, como se ha visto en la última jura de cargos de nuestros representantes nacionales. Han sido tan diversas y tan fuera del rigor, que la misma precisa, que solo ha faltado alguien que prometiera o jurara porque su equipo ganara la Champions. Y hay que tener mucho cuidado cuando se jura por los trabajadores y trabajadoras, porque el que piensa, estudia, investiga y desarrolla proyectos, parece que quieren marginarlos.

Uno ya es mayor, tiene nietos. Los abuelos tienen tres finalidades fundamentales. Una, saber que la vida es corta y que se ha consumido gran parte de la misma. Otra, saber que a su edad la única certeza es que existe un fin físico y tiene que florecer con la mayor intensidad posible la esperanza de que tras esta pausa terrena, la nueva etapa será feliz e indefinida. Y una tercera, jubilosa. Mientras esté en esta vida llevará alegría, paz y ternura, para esparcirla por todos sus lugares de convivencia, exprimiendo para dar el máximo jugo, todas las cualidades y calidades de su intelecto, que quizás permanecían arrinconadas en los espacios mas acodados del cerebro. A esta edad avanzada lo único que uno siente con enorme tristeza, es que no se vea claridad alguna en las relaciones humanas, que siga siendo el insulto, la envidia, el resentimiento, el odio y los falsos testimonios, las expresiones vulgares, de quienes rigen la vida nacional, en los mítines y campañas electorales, donde además el engaño es la forma de comunicación mas frecuente.  Hartos de tropezar siempre con las mismas circunstancias, soberbios, narcisistas y ególatras nos producen naúseas a los mayores, pero no conseguirán que deje de escribir con la tinta del alma, para utilizar la de la "mina" del bolígrafo oficial.

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