una de las falacias más usadas y fácilmente reconocibles por cualquiera es la llamada ad hominem. En vez de atacar el argumento contrario se ataca a la persona que lo esgrime. La derecha, desde que existe el cogobierno PSOE/UP, no prueba otra cosa. Tachan al gobierno de ilegítimo porque se sustenta, entre otros, en el apoyo de EH Bildu. Lo cual no deja de ser anecdótico porque, si Bildu no hubiese dado su apoyo en la sesión de investidura, la posibilidad de cogobierno habría decaído con el apoyo de Bildu, lo que convertiría a EH Bildu en socio del PP.
El último rocambolesco episodio de la pataleta de derechas es el de argumentar que la nueva ley de vivienda es una ley de etarras. No se meten en que sea buena o mala. Al parecer ETA no quiere pegarte un tiro, sino que tengas un acceso más fácil y sostenible a la vivienda; Ayuso va a conseguir que a la gente le caiga bien ETA. Imaginemos un futuro similar a nuestro presente, pero que sería una distopía para los peperos. Mientras ahora los franquistas dicen que “Franco al menos hacía pantanos”, si en el futuro volviese a existir ETA, la kaleborroka contaría en las herriko tabernas cómo era la época en que estuvieron en el Congreso y aprobaban leyes como la de vivienda; lo dijo Ayuso.
El asunto concreto, dejando aparte el humor negro, es que Euskal Herria Bildu es una confluencia formada por los partidos EuskoAlkartasuna, Sortu, Alternatiba, candidatos independientes y, en el pasado, Aralar. EH Bildu ha condenado por activa y por pasiva todo tipo de violencia incluida la de ETA, y ha manifestado su condolencia y compromiso para enmendar el dolor sufrido por sus víctimas.
Si se trata de los herederos de ETA, parece que han renunciado a heredar. En la otra parte tenemos al PP, partido devenido de Alianza Popular, heredera directa del franquismo y fundada por ministros de Franco, uno de los mayores terroristas de estado que ha visto Europa y que durante más tiempo se mantuvo impunemente en el poder, llenando de tentáculos franquistas estamentos que están vigentes hoy día. Si las declaraciones de Bildu pueden considerarse un paso adelante en una particular memoria histórica y una transición clara hacia la paz, todo lo que hace y dice el PP respecto del franquismo son pasos en dirección contraria. Donde la ley dicta retirar honores a verdugos del franquismo, golpistas y en muchos casos asesinos en serie, el PP se niega o, más allá, refuerza los honores. Si fuésemos tan demagogos como lo es la vergonzante derecha de nuestro país, diríamos que el asalto a los acuíferos de Doñana se está perpetrando con los votos de Franco, habiendo además una importante diferencia: la ley de vivienda es beneficiosa para la mayoría social y lo que se intenta con Doñana es una desgracia pública y un atentando contra nuestro ecosistema y nuestro patrimonio natural.
EH Bildu, siendo incluso duros, es una formación que se aleja de años oscuros y el PP es una formación que cada vez se acerca más, pero aparte de que el primero apuesta por medidas para mejorar la sociedad y no a unos cuantos amigos empresarios, hay otra diferencia sustancial entre ambos: la coherencia. Y esto me lleva a hablar de Sánchez-Dragó, pero no para mentar a los muertos, sino al PP y la derecha estrábica en la que se incluye VOX. Sánchez-Dragó se reconoció a sí mismo como delincuente sexual, pederasta que incluso llamó zorritas a sus víctimas, alguien que, si hubiese sido un albañil de izquierdas, la derecha nos mostraría en una jaula para representar las lagunas de la ley de Solo Sí es Sí (indemostradas e indemostrables). PP no es un proyecto político: es un departamento de marketing reactivo heredero del franquismo, bueno para nadie.
