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Viernes 19/04/2024  

Sindéresis

La cara de Iglesias

Su objetivo es proponer una nueva ola de indignación, pero contra Podemos

Publicado: 09/04/2023 ·
15:45
· Actualizado: 09/04/2023 · 15:45
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Autor

Juan González Mesa

Juan González Mesa se define como escritor profesional, columnista aficionado, guionista mercenario

Sindéresis

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Cuando todo se mezcla en la cronología y en las intenciones, cualquiera puede crear un relato a demanda y jugar a la equidistancia, que es llegar al patio, donde un niño le ha pegado una pedrada a otro por la espalda, y decir: “Si uno no quiere, dos no regañan”.

El 15M y la spanish revolution dejaron al sistema bipartidista sin respuesta; no se jugaba en un tablero de partidos o sindicatos ni había unos líderes a los que absorber. Tras la crisis económica de 2008, las nuevas tecnologías de información iluminaron el significado de que el PSOE cambiara la Constitución para dar prioridad al pago de deuda, a que conceptos como la prima de riesgo eran fabricados por los mismos que habían fabricado la crisis y a que la ola de desahucios que vino después nos plantara frente al monstruo que tenemos de ley hipotecaria, y al hecho de que somos mercancía.
El sistema (entente política-bancaria-constructora) no podía combatir un movimiento ciudadano así y para su momentáneo alivio en ese contexto surgieron dos partidos, al menos: el Partido X y Podemos, con intenciones parecidas pero una diferencia sustancial: Podemos tenía como líder a Pablo Iglesias, contertulio que había dado forma a toda aquella indignación argumentando lo que la gente ya encontraba en Internet, y usó su cara en la papeleta para las Europeas. La tesis de Podemos triunfó; si no hubiesen puesto la cara de Iglesias la gente no habría sabido cuál era el partido que los representaba.

El sistema deseaba que esa indignación tuviese un rostro y por eso Iglesias gozó de los minutos que gozó en TV y pasó tantas veces por el programa de Ferreras, no para favorecer el proyecto de cambio ciudadano, sino para sustanciarlo y a partir de ahí optar por una de estas dos opciones: demolerlo o proponerle un Suresnes. Lo de Suresnes ya sabemos que no caló, y lo que quedaba era demoler al enemigo identificado.

Estando Podemos en igualdad de oportunidades que el PSOE en las encuestas, los más terribles ataques y manipulaciones llegaron desde el programa que parecía más de izquierdas, el de Ferreras. En los audios filtrados antes del verano de 2020 quedó claro que trabajaba con Inda y con el estado profundo para destruir Podemos. Una vez sabido esto, y no antes, quien siga acudiendo al programa de Ferreras está colaborando con su plan de pervertir la democracia a través de fakenews, sobre todo si cuando vas es para atacar a Podemos. Los periodistas que desprecian esta cronología de hechos para igualar las primeras intervenciones de Iglesiasy las de quienes ahora colaboran con Ferreras son equidistantes bajo el amparo líquido de contar la realidad (percepciones subjetivas y fuentes no contrastadas), y de un tiempo a esta parte defienden el señalamiento de su evidente injusticia señalando como hooligans teledirigidos a quienes se lo afean.

Su objetivo es proponer una nueva ola de indignación, pero contra Podemos. El sistema necesita aliados periféricos fiables, nacionalistas prosistema, y lo que ofrece Podemos son aliados periféricos que hagan palanca hacia un estado plurinacional de izquierdas, que cuando ve que un niño le ha pegado una pedrada a otro, interviene. De nuevo, el ataque a Podemos debe venir de la izquierda, por eso su disolución se exige en beneficio de la misma. En vez de seducir a quienes construyeron gobierno con Podemos, enaltecen a quienes se escindieron o despreciaron sus acuerdos. Si el proyecto fuese el mismo, ¿por qué invisibilizarlo con el enésimo cambio de nombre? El bipartidismo no está muerto; tan solo necesita aliados a zurda y diestra para captar votos indignados y que, bajo la promesa del cambio, nada cambie. No digo que todos los periodistas implicados sean conscientes de esto; al contrario. Algunos son tan solo unos inconscientes.

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