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Sábado 27/04/2024  

Sindéresis

El mundo como teatro

Lo que percibes no es censura, es la ausencia del aplauso

Publicado: 05/03/2023 ·
18:26
· Actualizado: 05/03/2023 · 18:26
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Autor

Juan González Mesa

Juan González Mesa se define como escritor profesional, columnista aficionado, guionista mercenario

Sindéresis

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Miguel Bosé dice que en la Transición había mucha más libertad que ahora, que no sé qué de censura, algo en lo que suelen coincidir gente con Pérez-Reverte y Bertín Osborne. Esto me ha recordado a una gloriosa línea de diálogo de la serie Fringe, en la que el villano, una suerte de científico-terrorista-genio del mal, dice algo como”yo también soy un científico, sólo que mi laboratorio es más grande”. Se refería al mundo. El mundo como laboratorio y el mundo como teatro arrojarán siempre resultados distintos a las expectativas comparadas con un recinto cerrado en el que la gente ha pagado una entra para verte o para leerte.

El problema para ti, Miguel, es que la gente pagaba para verte en los conciertos, pero los que ven tus opiniones descacharrantes en Twitter no son tus fans; cuando escuchas abucheos no se trata de censura; la censura es que al día siguiente lleguen dos tipos y te metan en la cárcel, como sucedía a la gente libre durante el franquismo y como ha sucedido a algunos rapero, a día de hoy; pero apuesto a que tú no echas de menos meterte con los Borbones. Lo que echas de menos, me juego los cojones y no los pierdo, es que a cada intervención tuya suceda una ovación cerrada de tus incondicionales, igual que, supongo, lo que motiva a Pérez-Reverte a hablar de falta de libertad es que la gente no se acerque a todos sus opiniones con el vasallaje propio de quien se acerca a que le firme un libro: “Señor Reverte, he disfrutado muchísimo con su comentario sobre la Guerra Civil, por favor, fírmeme la pantalla del móvil, si es usted tan amable”.

Cuando escuchas (metáfora) abucheos es porque hay un buen puñado de gente que opina que has dicho una gilipollez, y que posiblemente sea peligrosa. Si Twitter considera que es peligrosa, a lo mejor no te deja que uses su casa para seguir diciendo lo mismo, porque es su casa, y es privada, como tu casa, donde nadie puede decirte lo que puedes o no decir, aunque nadie tenga tampoco la obligación ni de prestarte su altavoz ni de reírte las gracias. Lo que percibes no es censura, es la ausencia del aplauso. Ese es, por cierto, el estado natural de cualquier comentario humano, la ausencia de aplauso, como mucho un Eso es como todo, o un Anda, anda, acuéstate, Miguel.

Si quieres hablar de censura social, de presión social que conduce a la pérdida de empleo, el ostracismo, a veces la violencia física, casi siempre la verbal y en muchas ocasiones un sufrimiento insoportable que lleva al suicidio, hablemos del armario. ¿Te suena? El armario es el hábitat de aquellos que no se atreven a proclamar su verdadera condición sexual cuando no es la normativa. De esto había mucho en la Transición, y lo sigue habiendo; solo hay que pensar en que, estadísticamente, es imposible que de tantos y tantos futbolistas existan tan pocos que sean homosexuales. La presión social censora, que fabricó el armario, provocó que cantantes famosos como tú tardaran décadas en salir del mismo. ¿Te suena? Amenazas de no vender un solo disco entre tus fans, peligro moral y físico, la pátina de autoodio y vergüenza con la que fuimos educados, maricón como insulto, poner el culo en la pared como reacción hetero, ¿te suena o no te suena, hostia? Eso es lo que teníamos en la Transición, que, por si no te has enterado, aún dura, ya que la Constitución Española no ha modificado una sola coma del articulado que, en teoría, mantendría a las élites franquistas y a los militares lejos de la tentación de dar otro golpe de estado. Para ti la Transición se acabó durante la pandemia, cuando comenzaste a decir chorradas sobre el COVID y la gente dejó de aplaudirte. A esa transición la gente normal le llama madurez. Apúntate esa línea.

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