El espectáculo de rarísima unanimidad en el hemiciclo español -Congreso, Senado, Gobierno y embajadores- cambió al día siguiente en la sesión de control. Zelenski nombró el bombardeo de Guernica y el silencio dio paso a los aplausos. El ensayo nazi en tierras españolas durante la guerra civil tuvo su culmen en el masivo e inútil -desde el punto de vista de la marcha de la guerra- bombardeo de Guernica. Ese acto criminal quedó inmortalizado por Picasso y es el símbolo contra las guerras salvajes, el fascismo asesino y el horror de cualquier conflicto bélico. Pablo Picasso lo expresa en primera persona: “Mi trabajo es un grito de denuncia de la guerra y de los ataques de los enemigos de la República establecida legalmente tras las elecciones del 31.…. La guerra de España es la batalla de la reacción contra el pueblo, contra la libertad. En la pintura mural en la que estoy trabajando, y que titularé Guernica, y en todas mis últimas obras, expreso claramente mi repulsión hacia la casta militar, que ha sumido a España en un océano de dolor y muerte”.
Zelenski unió a una enorme mayoría del parlamento y, hasta los que estaban reticentes, tras las pruebas irrefutables de las matanzas indiscriminadas de Bucha, quedaron desarmados de sus argumentos fabricados para negar lo que las nuevas tecnologías -satélites, drones- y la presencia sobre el terreno de reporteros ha dejado claro: el ejército ruso está cometiendo crímenes contra la humanidad, saltándose las leyes de la guerra con sus masacres indiscriminadas.
Ayer en el Congreso el panorama cambió. La que despidió en el ayuntamiento de Jerez a cientos de trabajadores, clamaba contra los Eres, la que votó contra la reforma laboral y pide el despido libre, lloraba por el peligro que supone para la Feria de Abril cumplir con la leyes laborales, en defensa del casticismo, los que aprobaban amnistías fiscales, pedían bajar los impuestos para poner la mano pidiendo al gobierno central remedio para todo, y un diputado infame comparaba al presidente con Hitler y a Bolaños con Goebbels. La paradoja de que los gobierno autonómicos, plenos de competencias, pidan rebajas de impuestos y, en cada ocasión, soliciten fondos al gobierno central. La cuadratura del círculo. ¿Gobiernos sin responsabilidades? Todo lo bueno es autonómico, todo lo malo es nacional. Y el populismo avanza rampante.
