He aquí unos fragmentos de la novela On the Road (En el Camino), escrita por Jack Kerouac en 1957 por Viking Press:
1) “Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un ¡Ahhh!”.
2) “Un tipo alto, delgado, con un sombrero de ala ancha, detuvo su coche al otro lado de la carretera y vino hacia nosotros; parecía un sheriff o algo así. Preparamos en secreto nuestras historias. Se tomó cierto tiempo para llegar hasta nosotros. -Qué chicos, ¿vais a algún sitio o simplemente vais? - No entendimos la pregunta, y eso que era una pregunta jodidamente buena”.
3) “Yo quería casarme con ella y ocuparme de su hija y de todo si se divorciaba; pero no teníamos dinero ni para el divorcio y todo el asunto carecía de solución, aparte de que Lucille nunca me comprendía porque me gustan demasiadas cosas y me confundo y desconcierto corriendo detrás de una estrella fugaz tras otra hasta que me hundo. Así es la noche, y eso produce. No puedo ofrecer más que mi propia confusión”.
4) “Rizos en el disparatado mar del vacío, debería haber dicho mejor. El fondo del mundo es de oro y el mundo está boca abajo encima”.
Jack Kerouac (1922-1969) es otra de las grandes figuras de la Beat Generation. El autor utilizó para escribir En el Camino la llamada técnica de la “prosa espontánea”, que se basaba en la siguiente fórmula: “Ninguna selectividad de expresión, sino seguir el libre desvío (asociación) de la mente hacia los infinitos mares del pensamiento”. Fórmula que, de alguna manera, se emparentaba con la escritura automática de los surrealistas, de quienes los beats recibieron no pocas influencias. Pero también hay una relación palpable entre esa prosa espontánea y el estilo libérrimo de Gertrude Stein. También el propio Kerouac la relacionaba con la “escritura en trance” de William Butler Yeats. En el Camino es uno de esos libros que, sin ser geniales, marcan sin embargo una época. Esta novela (de culto) se convirtió en el Evangelio de millones de jóvenes (primero beatniks, luego hippies) que se lanzaron a recorrer el mundo en auto-stop, e incluso a pie o en burro.
Kerouac escribía a una velocidad de vértigo: no en balde había sido, en su mocedad, campeón de mecanografía rápida en el área de Boston. Para no perder tiempo en cambiar de folio, usaba rollos (de gran longitud) de papel de teletipo. Ese tipo de redacción mecánica y directa ha tenido muchos imitadores: tanto en la literatura como en el periodismo. En el Camino tardó seis años en publicarse. Los editores rechazaban la obra, hasta que la Viking Press de Nueva York asumió la edición. Durante esos seis años de espera, Kerouac compuso diez libros. Era un trabajador incansable. No es un estilista, pero su expresión, agresiva y desenfrenada, tiene gancho y frescura.
En el Camino es, además, un documento valioso en el que se describen las andanzas de los pioneros del movimiento beat entre 1947 y 1950. La novela tuvo éxito y cambió bastante la vida de Kerouac: “Durante tres años estuve a punto de volverme loco por la cantidad de telegramas, llamadas telefónicas, pedidos, cartas, visitantes, reporteros, intrusos…”. Es recomendable.