Los amigos de Sergio Ramos y Frederick Kanouté, reunidos para disputar un encuentro y recaudar fondos destinados a erradicar la pobreza y fomentar la educación en África, metieron siete goles a las penalidades que sufre uno de los continentes más desfavorecidos del mundo.

No era una cita para las polémicas características de un partido de fútbol al uso. No era el momento de emplearse físicamente con el rival.

El encuentro tenía otros fines. Éstos eran, ni más ni menos, que llamar la atención sobre la situación en la que se encuentran millones de niños en África y ya de paso unir esfuerzos en favor de su educación.

A la cabeza de tamaña empresa se encontraban el futbolista del Real Madrid Sergio Ramos y el malí del Sevilla Frederik Kanouté. El año pasado, en Sevilla y con mucho éxito, ambos encabezaron la primera edición del Champions for Africa, nombre oficial del evento.

Ayer, reunieron a hombres de la categoría de Soldado, Casillas, Diarrá, Llorente, Negredo, Komé, Romaric, Zokora, Palop, Granero, Celestini, Albelda, Villa o Jesús Navas.