El tiempo en: San Fernando
Martes 16/04/2024  

Sindéresis

El rey desheredado

Sería bueno que la aceptación popular de la obra de cualquier autor o autora dejase de ser un hándicap.

Publicado: 11/10/2021 ·
13:30
· Actualizado: 11/10/2021 · 13:30
Publicidad Ai Publicidad Ai
Autor

Juan González Mesa

Juan González Mesa se define como escritor profesional, columnista aficionado, guionista mercenario

Sindéresis

Del propio autor:

VISITAR BLOG

El legado de Alfred Nobel indicaba que se concediese su premio a quien hubiese alcanzado el mayor beneficio para la humanidad, y, en el caso de la literatura, cuya obra hubiese sido escrita en una dirección ideal. Teniendo en cuenta que el señor Nobel inventó la dinamita y registró decenas de patentes armamentísticas, podríamos colegir que es bueno que el concepto de «beneficioso para la humanidad» cambie.

Sería bueno que la aceptación popular de la obra de cualquier autor o autora dejase de ser un hándicap. Hay quien podría sorprenderse, pero un escritor como Stephen King, que lo ha vendido todo, varias veces, también ha podido aportar más a la literatura, y por ende a la humanidad, que muchos de los actualmente premiados. Aparte de que considero que es uno de los mejores constructores de personajes que existen, uno de los escritores más claros, ya que el lector siempre sabe lo que sucede y por qué sucede, uno de los más potentes en el uso austero pero letal de las metáforas, haciendo que se te claven en las tripas y las recuerdes años más tarde, uno de los que mejor usa recursos como los paréntesis (para introducir la voz interior o para aliviar el peso de las frases largas), también creo firmemente que ha realizado enormes aportes sociológicos durante el siglo XX a través de sus propuestas.

En 1974, un año antes que yo naciera, publicó su primera obra, Carrie, que abordaba como una flecha ensangrentada el buylling, clavándolo en la puerta de millones de hogares. Origen, recorrido y consecuencias del buylling y su relación con factores relevantes de la sociedad americana: religión, individualismo, frivolidad, competitividad y violencia. Repitió con La rabia, después de haber hablado del alcoholismo y sus consecuencias intrafamiliares en El resplandor. Fue un visionario realista en su bosquejo de un futuro de espectáculos carentes de cualquier moral en La larga marcha. Todo esto antes de 1980. Definió el retraimiento y la descomposición personal como pocos han podido en Carretera maldita. Abordó en varias ocasiones la violencia machista explicando el diabólico mecanismo que funciona en los hombres y afecta a las mujeres, cuánto de herencia y cuánto de parálisis animal hay en ello, porque era algo que debía ser explicado para entenderse; El juego de Gerald, Dolores Claiborne y El retrato de Rose Madder son libros que deberían estudiarse, también, desde todos los ángulos sociales, políticos y criminológicos.

El problema es que ha sido llevado al cine innumerables veces, cosa que debe ser un desprestigio para el jurado del Nobel; quizá por eso no se premia a los guionistas, pero sí a los dramaturgos. El problema es que en sus novelas salen monstruos; el doblevarismo del realismo intelectual se hace insoportable cuando miras atrás y ves que todo esto de la literatura comenzó con historias sobre dioses y monstruos, ese mismo doblevarismo que negó el Nobel a Ursula K. Leguin. Se me ocurren pocas obras con mayor valor para la humanidad que la suya. Y, en el fondo de la cuestión, anida el desapego creciente entre la gente y la literatura, ya que, si aquello que gusta a millones de lectores no es considerado bueno por los grandes críticos literarios, debe ser porque la literatura es una cosa que no tiene que ver con las personas normales. Aquellas que componen la humanidad y se benefician de los adelantos premiados en la Física, la Medicina o la Paz. En Literatura, a cuanta menos gente llegues, mayor el prestigio.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN