El Juzgado de lo Penal número 4 de Jaén ha condenado a cinco años y medio de cárcel a A.J.M.C., el hombre de 43 años, vecino de Alcalá la Real, que en noviembre de 2017, tras una discusión con su mujer, a la que según la sentencia “llevaba 20 años maltratando, agarró a sus tres hijos, de once, cuatro y 19 meses, y se fugó con ellos a Portugal desde donde pensaba embarcar con destino a Brasil”.
Además, de la pena de prisión, la sentencia, dictada por conformidad y a la que ha accedido Europa Press, le retira durante 15 años la patria potestad de sus hijos y le impone la prohibición durante 13 años de entrada, estancia y residencia en Alcalá la Real. También contempla la prohibición durante 18 años y medio de acercarse y comunicarse con sus hijos y otros 13 años más de alejamiento y comunicación con la madre.
Finalmente se le condena por un delito de malos tratos habituales, un delito de coacciones graves, otro de coacciones leves, dos delitos leves de vejaciones injustas, un delito de maltrato ocasional y otro de amenazas graves.
Además de lo anteriormente expuesto, se le imponen 76 días en beneficio de la comunidad, además de la imposición de una pulsera de control telemático para garantizar la prohibición de aproximación y de entrada, permanencia o residencia en Alcalá la Real.
En concepto de responsabilidad civil, se le condena a indemnizar a su hija en 1.100 euros y a su mujer en 6.000 euros por daños morales.
Según se recoge como hechos probados en la sentencia, desde el inicio de la relación sentimental con la madre de los tres menores, el acusado "ha ejercido un control absoluto sobre ella dentro y fuera del domicilio familiar", ubicado en una nave industrial.
Añade que el acusado "le impedía mantener cualquier tipo de contacto con sus familiares y amigos llegando a menospreciarla y a vejarla de forma continua". De hecho, le borró todos los contactos del móvil para evitar cualquier contacto con el exterior y hasta en más de una ocasión la dejó encerrada en la nave con sus tres hijos. Por no poder, la mujer no podía ni comprar sola ya que "sólo él decidía lo que se compraba para la casa y los niños".
En los últimos años la convivencia se deterioró aún más de lo que estaba debido a "las múltiples relaciones del acusado con el mundo de las drogas" y a las continuas amenazas de muerte a su pareja a la que le decía que “mataría a sus padres si le denunciaba o abandonaba”. Todo esto se agravaba por el hecho de que el acusado "dormía con una pistola debajo de la almohada y tenía otras armas constantemente en el domicilio familiar".
En esta situación de "tensión y maltrato familiar constante", el 20 de noviembre de 2017, el acusado discutió con su pareja y ésta optó por darse una vuelta para que se tranquilizara el ambiente. Cuando regresó, "la sorpresa fue absoluta" porque no pudo entrar en la casa ya que no estaban ni el acusado ni los niños. Por eso pidió ayuda a sus padres que le facilitaron el acceso al interior por el tejado de la nave.
Tras múltiples llamadas telefónicas al acusado, la mujer optó por interponer denuncia. "El acusado con clara intención de hacer más daño a su pareja y sin autorización de ella, se llevó a los tres menores fuera de la ciudad de Alcalá la Real con la finalidad de llevárselos a su país de origen, Brasil".
A los tres menores se los llevó en coche, sin ningún medio adecuado de seguridad para viajar hasta el punto de que la hija mayor, de once años, llevaba a su hermano de 19 meses en brazos. Fue capaz de saltarse un control de la Guardia Civil a las afueras de Alcalá la Real y así viajó hasta Albolote (Granada), donde pasó una noche. Antes, paró el coche en una zona apartada y "le cortó el pelo a las dos niñas para evitar ser identificadas y no levantar sospecha".
Al día siguiente, se marchó a Portugal donde intentó desde una agencia de viajes llevárselos a Brasil, al tiempo que amenazaba a su hija mayor con matar a su madre y a sus abuelos si se enteraban de su destino. Finalmente, el 22 de noviembre, el acusado fue detenido en una localidad de Portugal cuando salía de hacer la compra en un supermercado.
En el momento de la detención el acusado portaba en el interior del vehículo, unos grilletes, tres armas cortas y una larga de un único cañón, así como 270.000 euros cuya procedencia no pudo acreditar.
El 28 de noviembre, la madre pudo recuperar a sus tres hijos y el acusado fue privado de la patria potestad ante la gravedad de los hechos. Desde que fue detenido permaneció en prisión, primero en régimen preventivo, y ya desde marzo de este año con sentencia firme que le condena a cinco años y medio de cárcel.