Nueve días después de que el volcán de La Palma entrara en erupción, el Consejo de Ministros ha declarado a toda la isla zona catastrófica y ha aprobado las primeras ayudas, 10,5 millones de euros destinados a adquirir 107 viviendas para los damnificados, así como muebles y electrodomésticos.
Son parte de las ayudas de urgencia previas a la fase de reconstrucción de la isla, que consistirá en la reparación y restauración de daños en viviendas, infraestructuras viarias hidráulicas, explotaciones ganaderas, cultivos, zonas forestales y equipamientos públicos.
La lava ha destruido cerca de 600 viviendas por ahora, según recuentos provisionales, muchas de ellas primeras y únicas residencias de algunos de los 6.200 evacuados, que se distribuyen por casas de amigos y familiares, centros sociosanitarios y hoteles.
El primer centenar de estas viviendas, que serán adquiridas en propiedad por el Gobierno de Canarias, estarán ya disponibles a principios de octubre y se espera contar con 300 a finales de año.
"Tenemos que resistir, rescatar y avanzar", ha dicho en el Parlamento autonómico el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, quien ha subrayado de nuevo la importancia de que todas las administraciones estén comprometidas con la reconstrucción de La Palma, como demuestra que este martes se celebre la primera reunión de la comisión mixta que reúne a los ejecutivos central y canario y al Cabildo insular.
Sobre el terreno, el volcán, que el lunes se tomó un respiro hasta la tarde-noche, ha vuelto a extender su lava, esta vez más líquida, pasando por encima de las coladas precedentes pero ensanchando su frente, si bien aún se desconoce si va a llegar al mar o, en caso de que así sea, cuándo ocurrirá.
De momento la colada está ante la montaña de Todeque y en su avance hacia el mar ha entrado en zona de plataneras, donde ha quemado plásticos de invernaderos y fertilizantes, con lo que se ha creado a primera hora de la tarde una nube tóxica, ya diluida, y que no ha supuesto ni daño ni peligro para las personas, puesto que se ha mantenido dentro de la zona de exclusión.
Ahora predomina la fase hawaiana o efusiva, en la que el volcán solo emite lava, en un contexto en el que es normal que se alternen periodos de incremento y descenso de la actividad eruptiva.
Los cambios meteorológicos en las próximas horas pueden dirigir la nube de cenizas hacia La Gomera y Tenerife y afectar al tráfico aéreo, que ya se encuentra perturbado porque, pese a que el Aeropuerto de La Palma está operativo, la principal compañía de vuelos interinsulares, Binter, mantiene suspendidas las conexiones con la isla por razones de seguridad.
La solidaridad con La Palma se extiende por toda España y el extranjero, pero las autoridades de la isla han hecho un llamamiento a que se canalicen como contribuciones económicas a través de instituciones oficiales como el Cabildo, ya que en la isla no se necesitan víveres, ropa o enseres, pero sí apoyo para acometer los daños producidos y apoyar el mantenimiento de la economía local en esta catástrofe.