Este septiembre, ni que decir tiene, no es un septiembre cualquiera. Nunca antes los presentes experimentamos esa extraña sensación de estar haciendo lo de siempre como si fuera la primera vez. Aunque nada sea como era, algunas remembranzas reaparecen. De los conciertos al fútbol, del teatro a los toros, de las no-ferias a las no-procesiones, de los talibanes de Bin Laden a los de Biden... Que en el extenuante túnel de la pandemia empiece a verse luz, allá, al fondo, en un final que se antoja ya cercano, resulta, a la par, tan ilusionante como inquietante. La yema de los dedos, que roza la inmunidad de rebaño, aún apesta a gel hidroalcohólico. Todos alardean de hacer sus deberes a tiempo, pero hablar en Jaén de deberes y tiempo suena inevitablemente a cantinela.
Pedro Sánchez abre el curso político en Ifeja, en el edificio ‘Activa Jaén’, melancólica alegoría de lo que pudo ser y no fue, en el proceso orgánico hacia el 40 Congreso Federal. El presidente, que, después de la profunda remodelación efectuada en julio en su Ejecutivo, acaba de relevar a su número ‘2’, Adriana Lastra, como portavoz en el Congreso, dijo venir a Jaén a prometer que “la recuperación va a ser justa desde el punto de vista territorial” y que, en esa dirección, los fondos europeos Next Generation propiciarán una importante inversión estatal en la línea Algeciras-Bobadilla, en aras de impulsar un transporte de mercancías donde Jaén sea “una plataforma logística, no solamente en Andalucía, sino también en toda España y Europa”. ‘Levanta Jaén’, coordinadora de plataformas ciudadanas jiennenses, ayer mismo, a bote pronto, recordaba a Sánchez el fiasco COLCE, la inexistencia de un plan especial que discrimine positivamente a esta provincia y, a propósito del transporte ferroviario, tildaba de “parche” la recién estrenada lanzadera/by-pass para llegar a Madrid desde Jaén, vía AVE Córdoba, tres horas y media de viaje, ahorrándose menos de veinte minutos y “pagando tres veces más” que haciendo el trayecto en un tren convencional (de media distancia) de Jaén a Madrid, pasando por Linares-Baeza. Decíamos ayer…
En la retahíla congresual de los socialistas las citas ya están señaladas. Del 15 al 17 de octubre, Valencia, cónclave federal. Lo normal es que Adriana Lastra y Santos Cerdán comanden Ferraz hasta las próximas elecciones generales. Los detractores internos de Lastra en Jaén –que lo son, o lo eran, por extensión, de Felipe Sicilia y Laura Berja- desean fervientemente que su futuro político corra el mismo infortunio que el de José Luis Ábalos. 6 y 7 de noviembre, Torremolinos, congreso andaluz. La ratificación del liderazgo en el partido de un Juan Espadas que es el primero en reconocer que en los intríngulis y tejemanejes de la organización ni está puesto ni le seduce la idea de hacer un máster en cuotas territoriales y baronías. Para eso, en teoría, estarán dirigentes de la “generación JASP”, Felipe Sicilia y Ángeles Férriz, mayormente. Ellos, dos productos más de la inagotable cantera de Jaén, son los pilares del nuevo PSOE-A que lidera el alcalde de Sevilla. Quédense con los gestos y la determinación de Espadas a la hora de elegirlos. Felipe, por muchas cruces que le pusieran algunos cuando se postuló sin consulta previa a su secretario general, coordina el grupo de los 21 notables, avanzadilla de la primera ejecutiva del candidato a la presidencia de la Junta, en tanto Ángeles, que ejerció de anfitriona-speaker en el acto del sábado en Ifeja, es la indiscutible portavoz en Las Cinco Llagas. 11 o 18 de diciembre, congreso provincial. El último mandato de Paco Reyes, bien a través de la versión opaca de continuismo estricto de su guardia pretoriana –Jacinto Viedma, José Latorre y Paqui Medina-, o la opción tibia de permeabilidad relativa a los cambios mediante la incorporación al cuadro de mando de Hurtado de algún afín a Férriz y Sicilia.
La clave de bóveda del nuevo curso, no obstante, reside en el ‘toletole’ de la convocatoria electoral. Y mientras Sánchez agotará pervivencias gubernamentales hasta que el cuerpo de su inestable mayoría aguante, Moreno Bonilla procura hilar lo más fino posible para no torpear en la concreción del adelanto. Susana cavó su tumba política precisamente al no ponderar la virtualidad anticipada de aquella consulta a las urnas el 2 de diciembre de 2018. Juanma usa plazos de urgencia para aprobar las dos grandes leyes pendientes de la legislatura: Suelo y Tributos. Salvado ese trámite en noviembre, y tras sondear sin mucha convicción a Vox sobre la aprobación de las cuentas 2022, antes de Navidad o justo después, podría fijar el día. Con la yema de los dedos, la fecha del refrendo de su poder, para finales de febrero o principios de marzo. Antes, en todo caso, de que las espadas de Juan estén más en alto.
