El fiscal pide para este acusado, Raúl T., la pena de 10 años de cárcel. Según el relato del agente, este individuo seguía en su coche, un Daewoo, a un camión que transportaba a su vez una embarcación con 893 kilogramos de hachís, sustancia que habría adquirido en el mercado un valor de 1.195.489 euros.
La Guardia Civil seguía la pista a la embarcación desde antes de su llegada a Manilva procedente de Sotogrande, según los diversos testimonios de los agentes. Una vez que agentes de paisano interceptaron el camión, Raúl T.
intentó la huida en su coche justo en el momento en que los guardias civiles se acercaban a él para arrestarlo. El agente herido relató que habían dado el alto y se habían identificado como efectivos de la Benemérita antes de esta acción evasiva del acusado.
Los tres acusados habrían contratado, según la versión del fiscal, los servicios de una empresa de transportistas para llevar la embarcación. Sin embargo, tanto la dueña del negocio como su hijo fueron absueltos antes de que el caso llegase a los tribunales. En su declaración de ayer, el conductor, nervioso y confuso en algunos momentos, aseveró que no conocía a los acusados, mientras que su madre afirmaba no recordarlos entre el resto de clientes y negó haber tratado con ellos casi un mes antes, como sí relató durante la instrucción.
El fiscal mantiene las acusaciones para todos los imputados, mientras la defensa, que sigue pidiendo la absolución, solicita que en dos de los casos se conceda, caso de culpabilidad, un año y 6 meses por dilaciones indebidas. En el caso del presunto autor del atentado, se pide que se considere desobediencia grave (6 meses).