El tiempo en: San Fernando

Matrícula de deshonor

Navidad

La pandemia curiosamente nos ha hecho tomar una mayor conciencia de ello y poner en valor el poder de la familia y de los amigos

Publicado: 21/12/2020 ·
11:19
· Actualizado: 21/12/2020 · 11:19
  • Luces de Navidad.
Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

VISITAR BLOG

Hemos hablado tanto de la Navidad en este año que se nos ha pasado el tiempo, y ahora que estamos inmersos en ella, no somos conscientes de la importancia que tiene dicha celebración tras los largos meses de aislamiento social. En pocos días tendremos que sentarnos a una mesa con ausencias importantes en nuestras vidas, sin mascarillas y a una corta e inusual distancia. Nada será lo mismo que el pasado diciembre y tendremos esa sensación de inestabilidad e inseguridad a lo largo de toda la velada.  

La Covid-19 ha cambiado nuestra forma de vivir, de comportarnos, de sentir y hasta de ser. Ha logrado crear distancia entre nosotros mismos y nos está avocando a un miedo social muy real que marcará los patrones de conductas de toda una generación. Nuestra civilización ya contaba con esa soledad entre los ciudadanos sin necesidad de la pandemia, a pesar de estar rodeados de gente. Ya muchos se sentían solos y casi olvidados sin dicho virus, perdidos entre el gentío y/o rechazados u olvidados entre la muchedumbre. Muchos vivían ese aislamiento, se sentían solos y estaban solos, abandonados y olvidados. El mundo en general estaba, y contra natura, empeñado en aislarse física y emocionalmente de sus coetáneos, librando sus propias y particulares batallas, viviendo tras una pantalla y alejando a sus seres más queridos de su círculo relacional.

La pandemia curiosamente nos ha hecho tomar una mayor conciencia de ello y poner en valor el poder de la familia y de los amigos. Ha fomentado valores casi olvidados en nuestra civilización: unión, cooperación, solidaridad, compasión, respeto, etc. Seguramente, tras el coronavirus, tendremos secuelas importantes que solventar y espero que esta Navidad, en nuestras respectivas mesas, no olvidemos la verdadera razón por la que elegimos cenar con nuestros seres queridos y valorar la importancia que verdaderamente tiene convivir con los demás. Feliz Navidad.

 

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN