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Córdoba

La UCO colabora en la identificación de bacterias que pueden hacer enfermar a tortuga

Ha servido para identificar las bacterias que pueden hacer enfermar a las tortugas del Bolsón

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  • Tortuga. -

El catedrático de Zoología de la Universidad de Córdoba (UCO) Francisco Sánchez Tortosa ha participado en una investigación que ha servido para identificar las bacterias que pueden hacer enfermar a las tortugas del Bolsón (Bolson Gopherus flavomarginatus), una especie endémica del desierto de Chihuahua, en México, que se encuentra en peligro de extinción.

Según ha indicado la institución universitaria en una nota, la tortuga del Bolsón es el reptil terrestre más grande de Norteamérica y se extiende, sobre todo, por zonas áridas, en concreto, por el desierto de Chihuahua al norte de México. En las últimas décadas la población ha disminuido en un 50 por ciento por lo que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza la ha incluido en su lista roja y ha sido catalogada como especie en peligro de extinción.

Las tortugas terrestres son propensas a sufrir una gran variedad de enfermedades que pueden mermar aún más sus poblaciones, por lo que conocer sus potenciales organismos patógenos ayudaría a avanzar en las estrategias para su conservación.

Este ha sido el cometido de un equipo de investigación de diferentes universidades e institutos mexicanos en el que ha colaborado el catedrático de Zoología de la UCO Francisco Sánchez Tortosa, por su conocimiento y experiencia sobre la biología de conservación.

Concretamente, en el estudio, publicado en la revista 'Biology', se han analizado las bacterias presentes en las garrapatas del tipo Ornithodoros turicata que parasitan las tortugas y que pueden ser transmisoras de enfermedades.

Para ello, se capturaron 45 tortugas del Bolsón de la Reserva de la Biosfera Mapimí, en México, de las cuales once presentaban garrapatas en el caparazón o sobre la piel. Se recogieron 17 garrapatas adultas para analizar, mediante la secuenciación de nueva generación, las bacterias que portaban.

En los análisis, se encontró un gran número de bacterias potencialmente patógenas. Esto podía ser debido a la gran variedad de huéspedes que tienen este tipo de garrapatas que la parasitan. Estas viven en las grandes madrigueras que construyen las tortugas y que son utilizadas por otras especies animales como roedores, aves y otros reptiles, a los que también parasitan.

Entre las bacterias más abundantes detectadas se encuentran la Proteobacteria, la Actinobacteria y la Firmicutes. De ellas, se registraron dos bacterias documentadas como patógenas, la Mycoplasma spp y Pasteurella testudinis. También se detectaron las bacterias patógenas bovinas A. marginale y la ovina A. kovis, como también las bacterias zoonóticas A. phagocytophilum, Coxiella burnetii y Neoehrlichia sp.

Según el catedrático Francisco Sánchez Tortosa, estos resultados podrían tener "una doble lectura". Por un lado, "esta investigación podría dar a entender que estas garrapatas y, en definitiva, las tortugas son portadoras de enfermedades que podrían ser transmisibles a otras especies animales, como el ganado o, en última instancia, a los humanos".

"Esto sería una interpretación errónea y catastrófica ya que se podría implantar una campaña por evitarlo y terminar con la especie", ha afirmado el experto.

Por el contrario, su visión es más optimista, pues, tal y como ha explicado, "los saltos que se producen entre especies son muy infrecuentes". "Ahora conocemos esta información pero los patógenos han estado coexistiendo con el resto de la fauna durante miles de años y no ha pasado nada", ha resaltado.

En este sentido, ha agregado que "si hiciéramos esta investigación con otras especies animales seguramente también encontraríamos resultados parecidos". Esta investigación es "solo una herramienta para que podamos entender mejor los procesos naturales y ayudar en la conservación de esta especie de tortuga, no al contrario", ha comentado el catedrático.

Las tortugas parasitadas no mostraban signos evidentes de enfermedad, por lo que aún queda por investigar los mecanismos de defensa de las tortugas antes las enfermedades que pueden ser transmitidas por las garrapatas, así como sus características como huésped.

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