Hay varias cuestiones que conviene tener en cuenta de antemano sobre Enola Holmes. En primer lugar, pese a adaptar una novela juvenil de Nancy Springer -la primera de una serie dedicadas a su heroína-, no estamos ante una película estrictamente juvenil; en todo caso, ante una película concebida en torno a su estrella adolescente, Millie Bobby Brown, la célebre Eleven de Stranger things, que no solo afronta su primer papel protagonista en el cine, sino que ejerce como productora.
En segundo lugar, el producto final está más cerca de la estética y dinámica concebida por Guy Ritchie durante su doble incursión en el universo Holmes, que del mero relato detectivesco, relegado aquí en ocasiones a un segundo plano.
Y, en tercer lugar, el notable trasfondo reivindicativo bajo el que se concibe la narración, hasta convertir la historia original en excusa para abordar el discurso feminista con el que la joven Enola pretende enfrentarse al encorsetado patriarcado sobre el que se asienta la sociedad británica victoriana. De hecho, la joven aspirante a detective tumba a enemigos fornidos mediante su astucia y aprende a soportar las estrecheces de un corsé, pero no encuentra rival tan despreciable como el de los convencionalismos que anulan la voluntad y las aspiraciones de la mujer de su época, con sus vínculos aún vigentes en la nuestra.
Enola (Alone al revés, puesto que su madre la predispone desde pequeña a enfrentarse por sí misma al mundo) es, por supuesto, la hermana de Sherlock Holmes -encarnado aquí por un poco parecido Henry Cavill que ejerce, en todo caso, un papel secundario-, cuyos pasos pretende seguir a la hora de resolver cualquier tipo de misterio que se le presente. Aquí lo hace por partida doble: la desaparición de su propia madre (Helena Bonham Carter) y la de un joven lord cuya participación resulta vital para una decisiva votación parlamentaria, aunque los principales inconvenientes proceden de su otro hermano, Mycroft, empeñado en ingresarla en un internado para señoritas.
Dirigida por el debutante Harry Bradbeer, formado en series televisivas como Killing Eve o Fleabag, la película discurre en ocasiones a trompicones, con cambios de tono y ritmo que perjudican la frescura con la que se sucede buena parte de la narración, y en la que sobresale el enorme talento de Millie Bobby Brown, una nueva Hayley Mills con grandes perspectivas de futuro... y también las ideas muy claras.