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?Comedor Social Emaús? de Torremolinos

Torremolinos no es sólo turismo, fiesta, deportes, playa y sol. Es también arte, cultura, crisol de civilizaciones. En estas crónicas, Jesús Antonio San Martín, desarrolla lo más representativo del ayer y el hoy de Torremolinos.

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  • En Emaús, con solo 15 euros al mes, se da de comer a una persona durante una semana
‘Emaús, Obra de Amor. Ayúdanos a ayudar’. Ese es el lema del Hogar San José Emaús, el Comedor Social Emaús, que, para paliar en lo posible la extrema necesidad alimenticia en la que se veían tantas personas carentes de medios, nació en Torremolinos hace trece años. La benéfica obra está alcanzando otros lugares. Así, hoy día existen comedores sociales de Emaús en las poblaciones granadinas de Baza y Guadix. Mas no se detiene aquí la Obra; se ha extendido, a través de los conocidos como Proyectos Internacionales de Emaús, a varios países africanos que precisan urgente ayuda humanitaria, entre ellos Kenia, Etiopía, Uganda y Chad. La Obra funciona gracias a contribuciones voluntarias, tanto monetarias como de alimentos, ropas, utillaje y, sobre todo, gracias a la ayuda personal y al esfuerzo de voluntarios y voluntarias que de buena gana se ofrecen cada día.
El Comedor Social Emaús, que tiene su sede central en Torremolinos, Calle Cruz, número 5, en pleno centro de la ciudad, reparte un promedio anual de 110.000 comidas entre los necesitados. Se trata de tres comidas diarias, para unas cien personas por día, consistente en: un desayuno caliente por la mañana; el almuerzo del mediodía, con dos platos calientes variados y postre, y para la cena, una bolsa con un bocadillo y fruta, ya que el Comedor, atendido por voluntarios (cuya enumeración es larga) y empleados (que aportan a su cotidiano trabajo más del tiempo habitual de una jornada), se obliga a cerrar sus puertas pasada la media tarde. Los domingos no abre el Comedor, pero los acogidos reciben en la tarde del sábado la consiguiente bolsa de viandas para todo el día dominical. La excelente calidad de las comidas que sirve el Comedor Social Emaús poco tiene que envidiar a la de los mejores restaurantes. Lo mismo aplica a la cantidad, que deja plenamente satisfecho al más exigente comensal.
El Hogar San José Emaús de Torremolinos fue fundado por un grupo de voluntarios dirigidos por Antonio Abril de Toledo, que rige la caritativa fundación a día de hoy. En aquel primer año únicamente se preparaban doce menús diarios, según las contribuciones que se recaudaban. Hoy aquella cifra se ha multiplicado gracias a las aportaciones del Ayuntamiento de Torremolinos, la Junta de Andalucía, la Cruz Roja, el Club de Leones y un incontable número de empresarios y particulares de corazón siempre dispuesto. Además del comedor de Torremolinos, Emaús atiende otros dos comedores en la provincia de Granada. Y, por si fuera poco, ha extendido su caridad, por medio de eficaces proyectos de ayuda, a los países africanos más necesitados.
Para que el lector se haga una idea de los auténticos milagros culinarios que el Comedor Social Emaús realiza, baste decir que, con solamente 15 euros que aportemos al mes, damos de comer a una persona durante toda una semana. Y hablamos del desayuno, la comida y la cena. Pero las personas necesitadas no solamente disfrutan del alimento, también de compañerismo y distracción sana en el acogedor salón del Hogar San José Emaús de Torremolinos.
En lo que respecta a la Obra de Emaús en Africa, las aportaciones económicas dan para más milagros aún, pues ¡con menos de 20 euros diarios se da de comer nada menos que a 250 niños durante todo un año! Para una información más amplia sobre esta gran Obra que traspasa nuestras fronteras, remitimos al lector a la publicación trimestral "Compartir solidario", que edita la propia organización de Emaús.

SONETO A LOS VOLUNTARIOS
DE LA FUNDACION EMAÚS

Fundación Emaús, que los deberes
del amor hacia el prójimo sublimas
y el calor de tu hogar no le escatimas…
¡Noble séquito de hombres y mujeres!

Comedor de loables menesteres,
que del pobre miseria y llanto limas
y su humilde persona bien estimas,
sin llevar en tu cuenta sus ayeres.

En tus mesas, rendidos corazones
-por la vida cruelmente maltratados-
agradecen las magnas atenciones

con que son, con largueza, dispensados.
¡Voluntarios que dais de vuestros dones,
merecéis de honra y gloria ser colmados!

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