Me doy golpes en el pecho. Soy más de Jaén que cualquiera. Infinitamente más que tú por mucho que te empeñes en empequeñecer mi hidalguía. No tengo que cuadrar el círculo de patrocinios imposibles, ni organizar viajes patrióticos de acendrado jaenerismo militante, para convertir la apología progubernamental en beneficio, contante y sonante. Jaculatorias que reportan prebendas y buenos dividendos. ¿El entrevero de ocultas plusvalías que contribuyesen a financiar otras acciones no institucionales, sino de partido? Llegar a tales conclusiones, por más que se empecinen los actuales socios del Gobierno municipal de Jaén en marear esa perdiz, políticamente hablando, se antoja pura ciencia ficción. Y lo que no se puede demostrar, no existe.
La insolvencia manifiesta, la extendida condición planetaria de moroso del Ayuntamiento capitalino, ha provocado otra estrambótica zapatiesta consistorial, a resultas del último World Pádel Tour, que se analizará al detalle en una comisión de investigación cuya constitución exigía imperativamente, a principios de septiembre, la líder de Cs, María Cantos. 15 meses después, la organización del evento reclama más de 330.000 euros cuando lo que se dejó a entrever (¿?) en mayo de 2019 es que la esponsorización propiciaría el ‘coste cero’. No era la primera experiencia: el año anterior, 2018, partiendo de un gasto comprometido por contrato de 250.000 euros, se habían conseguido 100.000 de patrocinios. El PP, ahora en la oposición, derivando la culpa del desaguisado a sus sucesores, se justifica diciendo que determinados patrocinadores aún aguardan su correspondiente factura para proceder al pago. Pero, vamos a ver, aclarémoslo, en resumidas cuentas, ¿cuánto nos va a costar, esta vez, el fastuoso espectáculo, instalado en la Plaza de Santa María en medio de la controversia y de una campaña electoral? ¿Todos los patrocinadores ingresaban su aportación directamente al Ayuntamiento o algunos lo hicieron a través de empresas intermediadoras? ¿Es precisamente el modelo de la intercesión lo que levanta sospechas?
En el curso de la historia, muchos saltos hacia la luz se han realizado sobre el fuego. Todavía se recuerda aquel estrambótico viaje a Nueva York de Cristina Nestares y Antonio Rueda en 2006 a fin de promover la candidatura de la Catedral de Jaén a Patrimonio Mundial, tanto en la sede del Instituto Cervantes como en la salida del maratón con más corredores del mundo, de Staten Island a Brooklyn. ¿Quién se hizo cargo, entonces, de las reservas? El gasto de la misión, a la postre, superó los 21.000 euros. Todo, a posteriori, eso sí, perfectamente justificado. Y, luego, me doy golpes en el pecho y soy más de Jaén que cualquiera. Ya sea en el affaire del World Pádel Tour 2019 o en el judicializado caso del mantenimiento de las fuentes públicas, lo que más enerva a los ex colaboradores de Fernández de Moya es que el senador ‘Cuqui’ Márquez, ex alcalde y ex concejal de Urbanismo, no esté en el foco. La luz y el fuego.
Mañana, por lo demás, Jaén será la penúltima provincia andaluza donde se consume la prometida itinerancia de los consejos de Gobierno de la Junta de Juanma Moreno. Salir de San Telmo se erige en un audaz elemento propagandístico en territorios adscritos a la penumbra y la segunda velocidad. Será en Úbeda, en la sacristía del antiguo Hospital de Santiago, apropiada alegoría escenográfica dada la creciente alerta sanitaria provocada por la segunda ola de la pandemia. Las incidencias surgidas en el inicio del curso escolar desnudan la incapacidad organizativa y financiera del Ejecutivo regional para asumir la saludable necesidad de una bajada de la ratio o reaccionar con mayor prontitud y diligencia a la renuncia de la adjudicataria de los comedores escolares de 126 colegios y 12.000 alumnos andaluces. Aquí, en Jaén, entre rescindidos unilateralmente y no renovados, son 51 servicios de comedor en otros tantos centros. La oportunidad del encuentro, tranvía y nuevo conservatorio capitalinos incluidos, se refuerza sobre todo ante la inmediatez de una nueva campaña oleícola donde la Junta de Andalucía tendrá que jugar un papel fundamental en la puesta en práctica del protocolo para una recolección segura en tajos, almazaras y albergues de temporeros. Habida cuenta la previsión cierta de una cosecha generosa, cualquier eventualidad en su desarrollo, ya sea por problemas sanitarios o falta de mano de obra, se traduciría en una grave merma de los ingresos. Si con precios raquíticos en origen fuimos vaciando a regañadientes las bodegas durante los últimos meses y la unidad de acción para vender el enlace de campaña fracasó por las sempiternas deserciones del ‘¡Sálvese quien pueda!’, una coordinación caótica de la que se avecina sería la puntilla.